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Reflexiones desde el sofá

2021, de tal palo...

La primera buena señal del 2021 es la aparición de la vacuna, pero cuando media España se subía la manga para vacunarse... “señores son dos dosis"

Publicado: 27/01/2021 ·
18:03
· Actualizado: 27/01/2021 · 18:03
  • Vacuna. -
Autor

José Diego Amores Revuelta

José Diego Amores Revuelta es licenciado en Historia y Archivero con influencia petermanesca

Reflexiones desde el sofá

Columnas de opinión que sólo pretenden invitar a la reflexión del lector sobre temas de actualidad

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Recibimos con una grata ilusión la llegada del nuevo año, dejamos atrás el espacio de la pandemia, el que nos encerró y nos hizo cambiar nuestros hábitos, nos privó del sol, de los besos y abrazos y nos enseñó a conectar nuestro terminal al de la oficina para teletrabajar. El año en el que a todos nos aumentó las dioptrías y donde nuestra economía que parecía despertar poco a poco, volvió a recibir el mazazo para volver a intentar dormirnos. Pero como dice nuestro refranero, “de tal palo, tal astilla”, y parece que el 2021 se ha empeñado en superar a su progenitor. Como mis lectores habituales ya saben soy muy dado a las personificaciones por eso puedo asegurar que, si el padre de este 2021 fue el 2020, su madre debió ser una auténtica hija de mal crianza que no ha sabido enseñar lo que debería a su vástago 21. Yo no digo palabrotas

La primera buena señal del 2021 es la aparición de la vacuna, pero cuando media España se subía la manga para vacunarse aparece la información, “señores son dos dosis, hay que esperar un mes entre una y otra y luego otro mes para que esté a pleno rendimiento” ¿cuándo tiempo de inmunidad te produce la vacuna?, no se sabe, lo mejor es mantener las distancias sociales y las mascarillas. Bueno pues más o menos es estar como hasta ahora, pero con un agujerito en el hombro y un líquido milagroso en el cuerpo. Segunda parte, llega Filomena, la nevada más importante en 50 años que va a darse en Madrid, se ve que, en Segovia, Toledo, y otras capitales de los alrededores estaban con los ventiladores puestos. A la idílica imagen de la ciudad nevada contrasta con que Madrid y alrededores quedaron incomunicados, otra vez confinamiento esta vez por la nieve. Ahora que acabó la nevada, vienen el hielo y las fracturas óseas de los “porrazos” que se están dando los madrileños (se ve que en Segovia o Toledo tienen los pies más grandes y suelas adhesivas para no caerse), otra vez los hospitales colapsados poniendo escayolas y por supuesto todo acompañado de una ola de frío que va paralela a la nueva ola de contagios de Covid, porque como dice el experto Simón, “os lo habéis pasado muy bien en Navidad”, hablo en tercera persona, porque yo no creo que recuerde esta Navidad como la mejor que haya pasado. En definitiva, todo un fenomenal comienzo de año, para aplacar la euforia inicial, que traía el señor 2021, me está recordando a una victoria electoral de hace unos años..., ufffff espero que no sea igual.

Pero si enero ha sido portentoso, con Frozen y Olaf simbolizados por la presidenta de la Comunidad madrileña y su alcalde (digo a ellos dos porque en Segovia y Toledo siguen en camisetitas cortas), donde lo surrealista ha tocado techo, ¿o no? porque en ese país todo es posible, ha sido con la invasión del Capitolio como en una película de Gerard Butler. Unos cuantos, descerebrados, se cuelan en el corazón del Estado democrático de Occidente, “como Pedro por su casa” alentados por un presidente saliente más descerebrado de ellos. El señor Trump, ha sido el presidente que ha velado por evitar los ataques terroristas en occidente, por defendernos ante un conflicto alienígena o evitar que un compuesto químico nos deje tontos a todos, pues a ese, se le han metido cuatro perroflautas en su casa. 

Señor 2021, espero que su entrada haya sido sólo las reminiscencias del año que se fue, y que poco a poco volvamos alcanzar la normalidad de otros años. Yo, que no soy muy de fiesta, no sabe señor 2021, como echo de menos la Feria del Carmen, la Ruta Gastronómica y las veces que me hacen falta los abrazos de los que me habéis privado este año. Sólo pido a sus majestades de Oriente, que me dan más fiabilidad que el de Laponia, que nos devuelva el estado de bienestar de 2019.

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