Como cada año, en este primer lunes de Cuaresma, el Consejo de Hermandades ha celebrado el Vía Crucis Penitencial de las Hermandades y Cofradías de Sevilla en la Santa Iglesia Catedral, con la estrecha colaboración del Excmo. Cabildo Metropolitano y de la Hermandad de la Corona, cuya venerada Imagen Titular del Santísimo Cristo de la Corona ha presidido este piadoso acto desde el Altar del Jubileo.
Un Vía Crucis atípico en el formato, debido a las restricciones sanitarias vigentes, pero muy necesario para el cristiano sevillano en tiempos de pandemia. Y es que el de este año se ha aplicado de manera muy especial “por el fin de la pandemia que nos golpea, por la curación de los enfermos, por la salvación de los que han fallecido y por el consuelo y fortaleza de sus familiares y amigos. Por nuestro arzobispo D. Juan José, por su salud y sus intenciones, y por el próximo arzobispo de Sevilla”.
Fue numerosa la participación de cofrades, que ocuparon prácticamente las 600 plazas reservadas por las distintas naves catedralicias. (aforo permitido para el cumplimiento de la distancia social contra el Covid-19). Un acto que comenzó a las siete de la tarde con la oración inicial por parte del arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo: “Concédenos, Señor, tu salud y tu infinita misericordia y ábrenos la puerta de la vida que nunca muere”.
La Cruz de Guía de la Hermandad de la Corona, acompañada por cuatro ciriales, fue recorriendo las naves catedralicias parándose en cada una de las capillas para el rezo de la correspondiente estación del Vía Crucis.
Las estaciones se rezaron desde el Altar del Jubileo con las lecturas pronunciadas a cargo de cofrades pertenecientes a catorce hermandades sevillanas: Dulce Nombre de Bellavista, Pasión y Muerte, la Cena, Vera Cruz, Santa Cruz, el Carmen, el Buen Fin, los Negritos, el Silencio, la Macarena, la Soledad de San Buenaventura, La O, el Santo Entierro y la Soledad de San Lorenzo.
Por su parte, las catorce Cruces de Guía que se dispusieron por las distintas capillas de la Catedral para el rezo de cada estación pertenecieron este año a la Milagrosa, San José Obrero, la Paz, las Aguas, el Cerro del Águila, el Cristo de Burgos, los Panaderos, Pasión, Gran Poder, la Esperanza de Triana, San Isidoro, la Sagrada Mortaja, los Servitas y la Trinidad.
Como culminación del acto, el arzobispo realizó la oración y reflexión final: “Tu muerte, Señor, es semilla de la Resurrección. Enséñanos a comprender que, cada vez que nos entregamos, cada vez que morimos, aunque sea un poco, por ser misericordiosos como Tú con nuestro prójimo, siembras en nosotros, por el poder del Espíritu Santo, la semilla de tu Resurrección”.
EN DIRECTO POR STREAMING PARA TODO EL MUNDO
Para contrarrestar la limitación de aforo establecida en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla y desde el compromiso social del Consejo de Hermandades de difundir públicamente un nuevo año el Vía Crucis de las Hermandades, este piadoso acto se pudo seguir en directo desde cualquier lugar del mundo.
Un retransmisión que se llevó a cabo y pudo seguirse desde el canal oficial de YouTube de la institución cofradiera.