Los efectos de la pandemia no son neutros en cuanto al género de las personas acompañadas por Cáritas. Las mujeres son "doblemente golpeadas por un modelo estructural, en el que al flagelo de las violencias machistas se suman las desigualdades múltiples, como son el origen étnico, la edad, la situación socioeconómica, la discapacidad o la ubicación geográfica, que impactan en las mujeres en condiciones más precarias y aumentan su riesgo de exclusión social. Si en 2020 decíamos que la pobreza tiene rostro de mujer, en 2021 podemos atestiguar, que los efectos de la pandemia también lo tienen,especialmente en las familias desestructuradas", apuntan desde Cáritas Asidonia Jerez.
Según apuntan, durante la pandemia se han disparado las dificultades de las mujeres acompañadas para acceder a una vida digna y han mermado aún más las oportunidades de elegir su propio proyecto de vida a causa de las barreras que impiden su desarrollo personal y laboral.De hecho, el 54% de los puestos de trabajo que se han perdido en España durante la pandemia estaban en manos de mujeres, a lo que se suma que se prevé un aumento de la pobreza femenina en un 9,1% como consecuencia de esta situación.
También se constata que las mujeres tienen puestos de trabajo de mayor precariedad, no sólo en cuanto a salario, sino a condiciones laborales, inestabilidad o vulneración de derechos, además de mayor probabilidad de estar empleadas en el sector informal. Además, afrontan desventajas de acceso igualitarias para las mismas prestaciones sociales, conforman la mayoría de los hogares monoparentales y son las principales sustentadoras de los cuidados familiares. A ello se une el incremento de las situaciones de violencia que se ha producido durante el confinamiento domiciliario obligado por la pandemia.
En cuanto a los hogares monomarentales, según un informe elaborado por Cáritas en septiembre de 2020 sobre los efectos de la COVID-19 en las familias acompañadas, la pobreza se sitúa en el 62%, un porcentaje superior al que arroja el conjunto de familias acompañadas por Cáritas (54%).
Asimismo, en cuanto a la salud, la limpieza, los cuidados, la alimentación, el pequeño comercio de proximidad, que tienen en común su carácter esencial en tiempos de crisis, son profesiones eminentemente feminizadas. La economía de los cuidados se basa en la desigualdad de género y está en su mayoría en manos de mujeres, tanto si tenemos en cuenta la economía formal como la economía sumergida. A esto se suma la economía informal en el ámbito del hogar, dónde las mujeres se encargan principalmente del trabajo de cuidados, un trabajo no remunerado e invisibilizado.
Por todo ello,Cáritas insta a las Administraciones públicas, a los responsables políticos, a los agentes económicos y sociales, a la comunidad cristiana y a la sociedad en su conjunto a promover y poner en marcha planes de respuesta a la actual crisis sanitaria, social y económica que aborden las repercusiones de la pandemia en función del género, promoviendo una educación en igualdad con el objetivo de erradicar la transmisión intergeneracional de la desigualdad de género en la que se basa nuestro actual sistema.
La apuesta por el trabajo con Mujer a nivel Diocesano
Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez, en su objetivo de seguir ofreciendo oportunidades a las mujeres en situación de vulnerabilidad, desarrolla desde 1997 un programa denominado “Juntas Avanzamos” que apuesta por la promoción y formación de la mujer en situación de exclusión y vulnerabilidad con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida y acompañarlas para que puedan ser otra vez las protagonistas de su propia vida, garantizando el acceso a sus derechos. Actualmente este proyecto se dirige a más de 70 mujeres participantes que están siendo acompañadas en 7 talleres desarrollados en la Diócesis.
A pesar de las circunstancias actuales y ante la imposibilidad de realizar el ya tradicional Encuentro Diocesano de la Mujer, un equipo de educadoras del programa de Mujer de Cáritas ha leído hoy un manifiesto con el lema “Mujeres esenciales: antes, durante y después de la pandemia”, para alzar la voz por los enormes esfuerzos y las difíciles situaciones que las mujeres afrontaron durante el confinamiento y siguen afrontando durante esta situación de alarma sanitaria y social.