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Vejer

Azucenas blancas, la tradicional ofrenda floral de Dolores Grosso a su Virgen de la Oliva

Como cada año, las flores de Dolores llegan puntual a su cita el 7 de mayo para embellecer el paso que porta a la Virgen de la Oliva en el día de su Patronazgo

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  • Las  azucenas de Dolores parten hoy hacia el santuario para celebrar el viernes la festividad de la Virgen de la Oliva
  • “No sabemos exactamente cuando se convirtió en una tradición, pero recuerdo desde muy niña que mi madre llevaba su cesto de azucenas a la Virgen"
  • Serán las mismas que acompañen este mes a la Virgen del Carmen de Barbate

De sus manos laboriosas, de su delicada labor, de sus cuidados mimosos, de su pasión por la flor y de su devoción por la Madre de Vejer; cientos de azucenas blancas parten desde hace décadas de su hogar al Santuario, para embellecer cada 7 de mayo el paso que porta a la Virgen de la Oliva en el día en que se celebra desde 1.885 su Patronazgo.

"Su preocupación sobre si las azucenas habían florecido antes de tiempo y no iban a llegar bonitas a su cita con la Virgen de la Oliva, se volvía una constante cada año”

Primero desde la Barca de Vejer, luego desde Barbate, pero siempre cultivadas por las mismas manos, las de Dolores Grosso; las azucenas blancas han llegado puntuales a su cita con la Patrona. Y lo siguen haciendo, después de su partida, gracias a sus hijos e hijas, diez en total, y a sus nietos, a los que Dolores supo trasmitir su deseo y su entusiasmo por seguir acompañando con su fiel legado floral a su Virgen de la Oliva.

“No sabemos exactamente cuando se convirtió en una tradición, pero recuerdo desde muy niña que mi madre llevaba su gran cesto de azucenas blancas a la ermita para ofrecérselas a la Virgen de la Oliva para el 7 de mayo”, cuenta una de las hijas de Dolores. Y es que aunque Dolores siempre ha pertenecido a la Hermandad, el compromiso de su ofrenda floral a la Patrona siempre ha surgido de lo más profundo de su fe y devoción, dejando viva una bonita tradición que ahora hereda con orgullo su familia.

“Mi madre dedicaba horas al cuidado de su jardín, siempre lo tenía precioso, y aún así, al llegar abril, asomada a la ventana, su preocupación sobre si las azucenas habían florecido antes de tiempo y no iban a llegar bonitas a su cita con la Virgen de la Oliva, se volvía una constante cada año”, recuerda su hija. Y sí, siempre han llegado a su cita luciendo su belleza natural, gracias al cariño y a la dedicación con los que Dolores Grosso ha cultivado sus azucenas esperando verlas florecer cada primavera.

Las  azucenas de Dolores parten hoy hacia el santuario para celebrar el viernes la festividad de la Virgen de la Oliva, aunque también se encuentran desde primeros de mayo decorando el altar del Santuario para el rezo del Santo Rosario; y serán las mismas que acompañen este mes a la Virgen del Carmen de Barbate. Todo ello gracias a Dolores, quien seguirá cumpliendo su deseo desde el cielo de acompañar a su Virgen de la Oliva.

 

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