Si hace unos meses era el coronavirus, este viernes ha sido el fuego el que ha obligado a los vecinos de Jubrique y Genalguacil -alrededor de un millar- a recluirse en sus casas ante el riesgo que suponían las nube de humo y fuego que el viento estaba desplazando en dirección a estas localidades.
A pesar de que en esta ocasión el confinamiento solo ha durado unas horas, algunos aún tienen el miedo en el cuerpo, ha comentado a Efe el jubriqueño Francisco Aguilar, para quien “esto es una verdadera ruina”.
PEGADOS AL TELEVISOR
Pegados al televisor desde que se enteraron de lo que sucedía; a su edad él y su mujer ya han visto casi de todo, ha señalado Francisco, aunque hacía tiempo que no se daba un incendio así y no pueden evitar sentirse “muy tristes” al ver arder el monte, ha añadido con pesar.
Pirocúmulo, nube de humo y fuego, es una palabra que muchos en el pueblo desconocían y que hoy han aprendido “a la fuerza” después de que este haya sido la causa de un confinamiento, corto, pero que les ha dado un buen susto.
A grandes rasgos, este fenómeno -propio de la actividad volcánica y los incendios con elevado poder de convección- es un embolsamiento de humo, brasas y agua caliente en la atmósfera, cuyo riesgo principal reside en que pueda caer en forma de lluvia sobre la superficie.
TODOS A CASA A LA CARRERA
“Estos días aún hay buen tiempo y la gente estaba en la piscina cuando han dicho lo de los pirocúmulos”, así que han cerrado y “a la carrera” todos se han marchado para casa, ha explicado a Efe otro vecino de Jubrique, Raul Benitez, quien espera que el tiempo mejore y de una tregua a los bomberos.
“Con muchos nervios” han pasado la tarde de este viernes en la casa de la familia Cozar en Genalguacil, donde la nube de humo y el confinamiento no han hecho más que agravar la situación por la que atraviesan estos días ante el delicado estado de salud de los más mayores.
LLAMAS, BRASAS Y VIENTO, UNA RECETA PELIGROSA
Altas lenguas de fuego, compactas nubes de humo y brasas, y fuertes rachas de viento son los principales ingredientes del nefasto incendio que ha costado la vida a un bombero del Infoca y que mantiene en vilo a todo el país, pero muy especialmente a los vecinos de los municipios malagueños de Jubrique, Genalguacil y Estepona.
El fuego arrancaba este miércoles en dos puntos diferentes de Sierra Bermeja en lo que todo indica que se trata de un suceso provocado, explicaba este viernes desde el Puesto de Mando en la zona el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
A estas alturas alrededor de 5.000 hectáreas de monte han sido pasto de las llamas en un siniestro que llega al final del verano y cuya virulencia, junto a las condiciones meteorológicas y la orografía del terreno, están haciendo muy difícil sofocar.
Málaga
Primero el virus... ahora el fuego
Si hace unos meses era el coronavirus, este viernes ha sido el fuego el que ha obligado a los vecinos de Jubrique y Genalguacil a recluirse en sus casas
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