Hay muchos términos del lenguaje habitual que tienen un sentido general y otro más específico en el contexto empresarial. Muchas veces se considera que los conceptos y definiciones son menos útiles que los aspectos prácticos, pero no hay nada más práctico que una buena teoría. Uno de estos términos, clave en el ámbito empresarial, es el concepto de misión. Etimológicamente, misión viene del latín missio, que procede del verbo mittere (enviar) y el sufijo –sio (acción y efecto), definiéndose como acción de enviar, y como poder o facultad que se da a alguien para desempeñar algún cometido o encargo. 

La misión de una empresa, o de cualquier organización, desarrolla esta acepción de encargo como aquello a lo que está destinada, describiendo su razón de ser y el propósito general de su existencia. Una declaración de misión debe explicar (a las personas de dentro y de fuera de la empresa) por qué existe, y por qué habría que crearla si no existiera. Debe orientarse a su contribución a la sociedad y servir como el faro que guíe su actividad, la dirección hacia la que hay que orientar la brújula en la travesía diaria. Gráficamente, la misión es como la asíntota hacia la que tiende la actividad de la empresa, en aproximación permanente a ella, pero sin llegar a alcanzarla nunca. 

Así, la misión de Google es organizar la información del mundo y hacer que sea útil y accesible para todos, la de Amazon es ofrecer la mejor experiencia de compra online a sus clientes. La misión de la Universidad de Jaén es contribuir al progreso de la sociedad y al desarrollo sostenible de su entorno, mediante la mejora continua de la docencia, investigación, transmisión de la cultura y transferencia del conocimiento. La misión de SECOT es ayudar a fomentar el emprendimiento, la empleabilidad y la gestión empresarial de los que lo necesiten, promoviendo la actividad y el talento de los seniors y compartiendo así el talento y la experiencia con la ilusión y la fuerza de los más jóvenes. También busca impulsar la disminución de las brechas digital, financiera y otras en personas mayores, favoreciendo así también el envejecimiento activo de los demás.

Es crucial que cualquier organización formule adecuadamente, revise y actualice su misión, y que compruebe que su actividad diaria está alineada con ella, ya que de que lo contrario se estaría alejando de la razón de ser que justifica su existencia.