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Alcalá la Real

Las monjas dominicas inician su campaña de elaboración de dulces navideños

La confección de dulces se convierte en una vía de ingresos añadida para recaudar los fondos necesarios para el arreglo de los tejados del convento

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  • Sor Carmen junto a otras hermanas, elaborando dulces navideños en el Monasterio de la Encarnación, este miércoles. -

El Real Monasterio de la Encarnación de Alcalá tiene estos días una actividad inusitada. Las catorce hermanas que componen la congregación de monjas dominicas han iniciado la campaña de elaboración de dulces navideños, que se prolongará aproximadamente por espacio de un mes. La priora Sor Carmen, como una más, con las manos en la masa, nos habla sobre un trabajo al que toda la comunidad se entrega de buen grado. “Empezamos a hacer dulces el día 10 de noviembre y estaremos hasta mediados de diciembre. Vamos haciendo a medida que nos van pidiendo. Este año, con la divulgación que se le está dando, se ha notado un aumento, sobre todo porque en Alcalá hasta ahora había mucha gente que no sabía que hacíamos dulces. También contamos con algunas personas que colaboran, como una señora llamada Custodia, que nos los vende en el mercadillo o las aldeas”.

Aunque la elaboración de dulces destinados a la venta al público es muy reciente en este convento, sin embargo, desde prácticamente sus orígenes es una actividad que ha formado parte de la tradición del mismo. Así lo relata Sor Carmen, de 52 años, quien recuerda cómo, cuando entró en el convento, las hermanas de mayor edad, incluso de noventa años, comentaban que ellas, a su vez, habían conocido también a otras monjas muy mayores, que habían elaborado dulces desde siempre, aunque se hacía a una escala más pequeña, “para familiares o compromisos, por las fiestas navideñas”.


Desde que la comunidad de Monjas Dominicas hizo pública su necesidad de ayuda económica para la reparación de los techos del convento, los encargos se han multiplicado. Las cajas de pedidos se apilan en la espaciosa entrada. En la cocina, varias hermanas se coordinan, unas entregadas a la elaboración de roscos de vino o mantecados, otras dedicadas a envolver los diferentes dulces y empaquetarlos en cajas.

Aquellas personas que estén interesadas en adquirir los productos, que se venden en cajas desde medio kilo de peso en adelante, pueden hacerlo realizando un pedido en el teléfono del monasterio de la Encarnación (953 58 14 24) o bien dirigiéndose al mismo convento, situado en calle Las Monjas, número 6. “Tenemos surtido de medio kilo y de kilo, o bien cajas de cuarto que son de especialidades individuales, como almendrado, higo, trufa, y este año tenemos como novedad las tejas de almendra”, señala Sor Carmen.

“Nos han preguntado que por qué no hemos subido el precio, ya que desde que comenzamos no los hemos cambiado, y yo les digo que no contamos el número de nuestras horas, que eso no es lo importante, sino los ingresos que entran al convento. Entonces, a pesar de que las materias primas que utilizamos nos cuestan tres veces más que otros años, preferimos vender más y lograr recaudar para arreglar nuestros tejados”. En efecto, el tiempo que dedican las hermanas es tanto como da de sí el día. Aquí no hay maquinaria. La masa se hace a mano, tal y como le transmitieron a Sor Carmen aquellas que la precedieron. “Anoche, por ejemplo, nos dieron las diez y media haciendo dulces”, confiesa la priora, a modo de colofón.

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