El frío reinante, como es casi tradición por estas fechas, ha sido el telón de fondo para la celebración de la festividad de la Candelaria, con la que en Alcalá la Real, como en otros muchos municipios, se da la bienvenida al mes de febrero. Las celebraciones arrancaban en la tarde del domingo, con la tradicional misa en Consolación, tras la cual fueron presentados a la Patrona los niños bautizados durante el año 2014. Posteriormente, dando continuidad a otra tradición no menos arraigada, se invitaba, por parte de las cofradías, a vino del terreno y viandas en la lumbre situada junto al Compás de Consolación, alrededor de la cual se congregaban numerosos vecinos en esa nocturna convivencia alrededor del fuego con la que, cada 1 de febrero, se ilumina en diferentes puntos la geografía urbana de Alcalá.
Las celebraciones en torno a la festividad de la Candelaria recuerdan la presentación del Niño Jesús al templo, en cuya memoria se instituyó la costumbre de llevar alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas a bendecir, las cuales, según la tradición católica, simbolizan “a Jesús como luz de todos los hombres”. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la Candelaria”.
En Alcalá, la fiesta de la Candelaria muestra sus señas de identidad inconfundibles, con la bendición de la luz, la invitación a tarta a los presentes y los “palomos”, cuyos trajes han sido confeccionados en esta ocasión por las Cofradías de Nuestra Señora de las Mercedes y Nuestro Padre de Jesús. La fiesta se ha completado en la mañana de este lunes, 2 de febrero, con la procesión de la Virgen en un corto itinerario alrededor del Paseo de la Mora. El frío no ha evitado que hayan sido numerosas las personas que han querido asistir, un año más, a esta bella celebración.
