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Alcalá la Real

Misión: salvar el Privilegio del Vino, nuestro documento más valioso

El área municipal de Patrimonio destinará 1.800 euros a su restauración de este documento de 1526, trabajo que correrá a cargo de Virginia Uriarte

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  • Imagen del Privilegio del Vino, de 1526.

 

El área de Patrimonio destinará 1.809,46 euros de su presupuesto para restaurar el pergamino que recoge la concesión del “Privilegio del Vino” a la ciudad de Alcalá la Real. Un valioso documento, catalogado como bien cultural, que data de julio de 1526, fechado y firmado por el Rey Carlos I y Doña Juana.

El alcalde y concejal de Patrimonio, Marino Aguilera, sostiene que “esta actuación es muy necesaria dado el grave deterioro que presenta el documento, sin duda, el más valioso de nuestro archivo por su importancia histórica y la calidad de sus miniados. Entra dentro de la apuesta que desde el área de Patrimonio queremos hacer por poner en valor otros bienes patrimoniales sobre los que nunca se ha actuado. De hecho, es la primera vez que un documento del Archivo Municipal va a ser restaurado.”


El Privilegio del Vino consta de seis bifolios escritos por ambas caras en pergamino pautado, con letras capitales a color y una exuberante decoración. Presenta “graves daños, como pérdida de soporte, desgarros, ha desaparecido mucha decoración y, la que queda, presenta numerosas perforaciones, deformaciones y roturas. Todo ello motivo más que justificado para frenar el deterioro” apunta Aguilera.

La intervención correrá a cargo de la restauradora Virginia Uriarte, que propone un tratamiento que incluye la limpieza de la suciedad incrustada; eliminación de las cintas adhesivas y costuras; alisado de los pergaminos; consolidación de las letras capitales; unión de los desgarros con tripa, para asegurar la transparencia de la grafía; realización de injerto de pergamino donde sea necesario; rellenar las perforaciones; y la elaboración de una caja y tela de conservación.

El plazo estimado para acometer esta compleja restauración es de unos dos meses, motivado en parte por el propio proceso de humectación y secado lento que requiere el trabajo para garantizar la estabilización del pergamino.

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