La Guardia Civil de Almería, con el apoyo técnico del Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de las Exportaciones (Soivre), investiga a un vecino de Carboneras por un presunto delito relativo a la protección de la flora y fauna, pues pretendía vender 17 piezas de marfil y siete piezas de coral rojo.
En el marco del plan de acción contra el tráfico ilegal y el furtivismo internacional de especies silvestres, los agentes comenzaron sus actuaciones cuando tuvieron conocimiento de que el investigado pretendía vender 17 piezas de marfil blanco --figuras, collares y pulseras-- y siete piezas de coral rojo (collares), que por su naturaleza pudieran ser partes o restos de especímenes protegidos o en peligro de extinción y, por tanto, su comercio está sujeto a control según la legislación vigente.
En el desarrollo de la investigación, se entrevistaron con el investigado, pese a que no lograron que este aportara documentación que amparase la legal procedencia y tenencia de las piezas incautadas, según ha informado la Benemérita en un comunicado.
Así las cosas, los agentes han intervenido la totalidad de las piezas y las diligencias instruidas han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Vera (Almería), así como copia del acta de aprehensión al Administrador de Aduanas e Impuestos Especiales en Almería.
TRÁFICO ILEGAL Y FURTIVISMO
A tal efecto, el tráfico ilegal y el furtivismo de especies silvestres es una de las actividades ilícitas organizadas más lucrativas a nivel mundial, pues se estima que los beneficios procedentes de este tráfico se sitúan en una media de 16.000 millones de euros a nivel mundial.
Igualmente, dicho tráfico ilegal y el furtivismo de especies silvestres afecta a un amplio abanico de especies protegidas, entre las que se encuentran los elefantes, rinocerontes, corales, grandes felinos y simios.
El convenio Cites sobre el comercio internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, del cual España forma parte desde mayo de 1986, regula el comercio de especies amenazadas y busca preservar su conservación, labor en la que la Guardia Civil y en especial el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) se encuentran comprometidas. En el caso del comercio ilícito de marfil, se ha observado un incremento desde 2007.