Una investigación científica promovida por miembros de las universidades estadounidenses de Mount Mercy, Pittsburgh, Iowa y South Florida en torno a huesos pertenecientes a 12 individuos enterrados en la necrópolis del poblado calcolítico de Los Millares, enclavado en Santa Fe de Mondújar (Almería), señala indicios según los cuales uno de tales individuos sería "un migrante" llegado a la región.
En este estudio, titulado "Análisis de isótopos estables de restos humanos de la necrópolis de Los Millares: Comparaciones regionales y variabilidad dietética", estos investigadores recuerdan que el asentamiento calcolítico de Los Millares constituye "uno de los más significativos enclaves de la Edad del Cobre en Europa, no sólo por su tamaño y sus documentados registros arqueológicos, sino por el papel en teoría central que juega en los debates sobre la evolución de la disparidad y la complejidad" de las sociedades de la Prehistoria tardía en el sur de la península Ibérica.
Y es que el enclave, descubierto en 1891 a consecuencia de la instalación de una vía ferroviaria, cuenta con vestigios arquitectónicos del recinto amurallado de este antiguo poblado de la Edad del Cobre y, además, una necrópolis de más de 80 tumbas circulares de tipo tholos diseminadas en un área de unas 13 hectáreas.
En ese sentido, los autores de este estudio recogido por Europa Press rememoran "la riqueza de los efectos funerarios" hallados en las primeras excavaciones de las tumbas de la necrópolis, destacando que en 1981 fue descubierto que 43 de los sepulcros investigados entonces contenían en su interior efectos "de prestigio", como piezas de ámbar o marfil, "cerámica fina", cáscaras de huevos de avestruz o conchas marinas.
"TRATAMIENTO FUNERARIO RESTRINGIDO"
En paralelo, estos científicos calculan que los cerca de 1.980 individuos inhumados en los tholos de la necrópolis con relación al periodo estimado de ocupación del poblado arrojan un promedio de 1,5 o 2 inhumaciones por año, pues el enclave habría florecido entre los años 3.200 y 2.200 antes de la era actual. Señalando la envergadura del poblado, los autores de este estudio razonan que "el limitado número" de tumbas de su necrópolis invita a pensar en "alguna forma de tratamiento funerario restringido".
A partir de ello, esta investigación se centra en el análisis de isótopos estables de huesos pertenecientes a 12 individuos enterrados en las tumbas de la necrópolis. Más al detalle, se trata de los restos óseos de dos niños, dos adolescentes y ocho adultos, partiendo de la base de que "los valores isotópicos de los huesos reflejan aproximadamente los últimos diez años de la vida de un individuo".
Fruto de estos análisis respecto al colágeno y al apatito de los huesos de tales individuos, y con el objetivo de averiguar los patrones dietéticos de los habitantes de Los Millares, estos investigadores identifican "dietas compuestas principalmente de proteínas terrestres con poco aporte marino, a pesar de la relativa proximidad del enclave con el Mar Mediterráneo".
UN INDIVIDUO CONCRETO
"Existen algunas desviaciones estándar más significativas que las esperadas, lo que sugiere una heterogeneidad dietética dentro de esta población, con variaciones en los recursos de proteínas y en la consumición de plantas", agregan estos científicos, destacando en ese sentido que entre las "divergencias" dietéticas sobresalen especialmente las descubiertas en los huesos de un individuo de entre 20 o 35 años de edad en el momento de su muerte.
Al presentar estos huesos una "fuerte riqueza" en determinados elementos incluidos en el apatito, cuyos valores reflejan la "dieta completa" frente a los componentes proteínicos que muestran exclusivamente los del colágeno, estos investigadores interpretan que las "divergencias" dietéticas de este individuo, más acentuadas que en el resto, "pueden indicar que fuese un migrante" llegado al poblado amurallado de Los Millares poco antes de su muerte.
A tal efecto, recuerdan que una "investigación reciente ha identificado migrantes en enterramientos de la Prehistoria tardía" de la península Ibérica, toda vez que los objetos de "marfil asiático" descubiertos en el enclave de Los Millares demuestran que este asentamiento de la Edad del Cobre gozaba de "contactos culturales de larga distancia".