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En román paladino

Ladrones

Son los que habitualmente piden sacrificios a la clase media y trabajadora. ¿Son ladrones? ¿Qué son si no?

Publicado: 06/10/2021 ·
09:15
· Actualizado: 29/11/2021 · 21:02
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  • La caja de Pandora.
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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De guante blanco. No es que sean alarmantes las noticias que  publican cada cierto tiempo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en un grupo internacional de medios de comunicación, es que son de  una absoluta desfachatez. En ocasiones se critica a cierto  periodismo de investigación  -no  es el caso de  este magnífico consorcio internacional-  sino  que se hace referencia a los que  publican  simples  filtraciones de grupos de presión interesados para desprestigiar a los adversarios económicos o políticos. Eso es otra cosa, no investigación. 

La corrupción  es bien sabido que tiene muchas caras. La más visible, la cotidiana,  es la de los  pequeños corrompidos y corruptores. Suelen ocupar los titulares y siempre incidiendo más   en los primeros que en los segundos. Los corruptores tienen bula.  Debe ser porque  encarnan  a la perfección la  figura de la picaresca  patria, la del  español que lo intenta “por si acaso sale el pelotazo”. Se trata de las componendas urbanísticas, las comisiones por adjudicaciones y contratos de servicios y obras, la colocación a trabajadores en los programas de empleo  (que han costado inhabilitaciones a numerosos alcaldes) y otros temas de similar naturaleza no éticas, como tantas triquiñuelas conocidas de los partidos, los sindicatos,  las organizaciones sociales y empresariales pero  que son nimias -aunque claramente rechazables y perseguirles penalmente-  en comparación con las lindezas y enjuagues que han descubierto los periodistas de  los papeles de Panamá, antes,  o los actuales de Pandora.

No es un asunto  de moralina, es de justicia social. Si las grandes fortunas, si los grandes patrimonios escapan del control de la hacienda pública significa que se  pierden enormes cantidades de ingresos fiscales.  “Una de cada tres multinacionales  españolas tributa menos del 10%” titulaba  ayer a cuatro columnas un periódico nacional, al tiempo que desfilan por las pantallas los  rostros de todos los grandes y famosos de la tierra que ocultan -sin tributación- el baile de los millones propios mientras que derraman lágrimas por la democracia, por los desfavorecidos  y por sus patrias tan lejanas de sus fondos ocultos. De Guardiola a Vargas Llosa, de Bosé a Julio Iglesias, de Corinna a varios presidentes latinoamericanos, del rey de Jordania al primer ministro de Chequia. Así hasta 600 españoles y 35 mandatarios internacionales. Son los que habitualmente piden sacrificios a la clase media y  trabajadora. ¿Son ladrones? ¿Qué son si no?

 

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