Aunque se evitan medidas ?traumáticas?, hay propuestas que dejan en el aire el posible ahorro
Los representantes sindicales de la plantilla municipal acudieron en la mañana de ayer al Ayuntamiento para conocer el rediseño del Plan de Viabilidad. Frente a ellos, y a diferencia de anteriores ocasiones, se encontraba la alcaldesa de la ciudad, Pilar Sánchez, aunque lo que más llamó la atención de los sindicalistas fue la ausencia de documentos que recogieran las medidas que se les iban trasladando de viva voz. En cualquier caso, con papeles o sin ellos, el equipo de Gobierno se encontró de nuevo con el rechazo frontal de CTP, CCOO, UGT y CGT a las medidas que se pretenden implantar de cara al equilibrio presupuestario de las arcas municipales. Si bien es cierto que entre las medidas no se encuentra ninguna de las traumáticas temidas tanto por sindicatos como por trabajadores -caso de la reducción horaria de la jornada laboral-, el mero hecho de contemplar recortes salariales llevaba implícito un anunciado “no”, aunque esos recortes se limitaran exclusivamente a los planteados por el decreto gubernamental -algo también lógico y consecuente con los principios que han llevado a la convocatoria de una huelga general en todo el país para el mes de septiembre-. En líneas generales, el Plan de Viabilidad contempla dos vías de intervención: en primer lugar, la de la aplicación del decreto del Gobierno (que en este caso se aplica a toda la plantilla, no sólo a los funcionarios), que permitirá ahorrar una cifra cercana a los tres millones de euros anuales; y, en segundo lugar, las medidas previstas por el propio Gobierno local, hasta alcanzar una reducción en los costes de 14 millones de euros. En este sentido, y más allá de si se está de acuerdo o no con las medidas planteadas, hay una cosa evidente: el Ayuntamiento necesita reducir sus gastos y adecuarlos a sus ingresos para no incrementar la deuda hasta niveles alarmistas. La clave está en determinar si la vía propuesta puede ser la más adecuada o no; y es ahí donde surgen las dudas, ya que hay apartados en los que no queda suficientemente aclarado de qué manera se reducirán los gastos en los capítulos correspondientes a gastos corrientes, inversiones y, sobre todo, en las transferencias corrientes.