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Cien años del nacimiento del cantaor Rafael Romero

Hijo Predilecto de la localidad

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Mañana se cumplen cien años del nacimiento en Andújar de Rafael Romero, el insigne cantaor flamenco que triunfó en los principales teatros de España y del Extranjero e hizo historia en el cante. Coincidiendo con la cercanía de la conmemoración de su centenario, el Pleno de la Corporación Municipal acordó por unanimidad nombrar a Rafael Romero Hijo Predilecto de la ciudad de Andújar, en la sesión del pasado 27 de junio. Como marca el protocolo de la Corporación, el nombramiento será objeto de un Pleno Extraordinario y Solemne (con fecha por determinar) al que será convocada la familia de Rafael Romero y otras personas allegadas a su figura. En el transcurso de la sesión, el alcalde de Andújar, Jesús Estrella, hará entrega a su familia de la medalla y el diploma acreditativo del Título.

Mañana está prevista en Andújar la ceremonia de entrega del Galardón Rafael Romero ‘El Gallina’ que cada año reconoce la figura de artistas flamencos de renombre y que cumple su décima edición. Este acto, impulsado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Andújar en colaboración con la Peña Flamenca ‘Los Romeros’, tendrá este año una especial carga simbólica con motivo del centenario del genial cantaor. La entrega del galardón se celebrará en Santa Marina a las 20.30 horas, seguida por una actuación en la sede de la peña a cargo de Agustín Baraja y su grupo, un espectáculo que llega a Andújar a través de la Confederación de Peñas Flamencas Andaluzas. Recogerá el galardón Pedro del Valle, ‘Perico el del Lunar’, cuyo padre Pedro del Valle Pichardo, conocido con el mismo sobrenombre, fue su mentor y dirigió la primera antología del cante grabada en París en 1954, en la que participó Rafael Romero acompañado por su guitarra.


“Se trata de una ocasión que tendrá especial simbolismo, por tratarse de una artista vinculado por familia a la figura de Rafael Romero, cuyo padre fue su mentor y que ha aportado un estilo propio en el toque”, asegura el concejal de Cultura, Rafael Toribio. El concejal destaca el trabajo que año tras año se hace por el flamenco y por la difusión de la figura de Rafael Romero desde el Ayuntamiento de Andújar: “Este año cumpliremos la entrega del décimo galardón y vamos a seguir trabajando para que la ciudad no olvide a su cantaor más ilustre y para promover el flamenco, un objetivo común de todas las administraciones en Andalucía. Queremos que el Flamenco se reconozca como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

Biografía de Rafael Romero
El también cantaor andujareño Francisco Expósito Martínez, ‘Paco el Pecas’, ha preparado una extensa biografía de Rafael Romero con motivo de su centenario, que estará editada al final de este mes (Ediciones J. Carlos Toribio). Con el Título ‘Rafael Romero en su centenario 1910-2010, vida y obra ilustrada’ el libro sacará a la luz cien fotografías inéditas del cantaor y otros tantos documentos. Esta iniciativa de Francisco Expósito Martínez permitirá al lector recorrer la vida y la carrera artística de Rafael Romero. El libro ha contado con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Andújar, de la Agencia Andaluza del Flamenco, de la Federación de Peñas Flamencas de Jaén, de la Asociación de Críticos e Investigadores del Flamenco y del Diario Jaén. El autor nos ha adelantado una breve semblanza de Rafael Romero.

SEMBLANZA DE UN ILUSTRE ILITURGITANO
Francisco Expósito Martínez.
(Paco el Pecas)

Rafael Romero Romero fue un cantaor flamenco nacido en Andújar el 9 de octubre de 1910. Era el primogénito de ocho hermanos de una familia de pura raza “calé”, cuyos padres (primos hermanos) se llamaron José Romero Castro, conocido como Pepe el “Remontista” y Almenia Romero Moreno. La madre de ésta, Gracia Moreno Vargas, fue prima segunda del mítico cantaor iliturgitano “José Illanda”.

A pesar del humilde origen de Rafael Romero, cuya infancia transcurrió en el milenario puente que atraviesa el Guadalquivir a su paso por Andújar, llegó a cantar en los teatros más importantes del mundo, desde la Scala de Milán al Teatro Olympia de París y visitó lugares tan remotos como la isla La Reunión de Madagascar. También cantó durante varias temporadas para Antonio Ruiz Soler, el artista más internacional que ha tenido España en el siglo XX. Con él recorrió los más importantes teatros de Europa, Norteamérica, Japón y muchos países de habla hispana, y su cante fue valorado y aplaudido por todos ellos. Igualmente cantó para el baile de los más grandes bailaores de su época como Vicente Escudero, Rosa Durán, José Greco, Antonio Gades, Pastora Imperio, Pilar López, Teresa y Luisillo, entre otros.

Rafael Romero cantó en los mejores teatros de la capital de España, desde el Español o el Monumental hasta el Teatro de la Zarzuela, sin olvidarnos que desde que llegó a Madrid por primera vez en el año 1932, lo había hecho en todos los lugares flamencos de la Villa y Corte, como los famosos colmaos de Villa Rosa y los Gabrieles y las ventas de los extrarradios de Madrid, por lo que tuvo que pasar por una etapa difícil hasta ser considerado por los entendidos del género maestro del cante y cantaor de cantaores, gracias a su gran personalidad cantaora.

Rafael Romero participó en la primera antología de cante que se grabó en la historia, editada en París en 1954, premiada por la Academia Francesa del Disco al año siguiente, siendo conocida en nuestro país como Antología de HISPAVOX. En ella intervinieron grandes cantaores de su época como Bernardo el de los Lobitos, El Chaqueta, Jarrito, Jacinto Almadén, Pericón de Cádiz y Pepe el de la Matrona, entre otros. Rafael Romero fue quien tuvo mayor participación, registrando 8 cantes de los 33 que contiene la obra: mirabrás, la caña, siguiriyas, peteneras, alboreá, tonás, martinetes y debla. El tocaor de esta antología fue a su vez el director de la misma, el maestro jerezano Pedro del Valle Pichardo, conocido como Perico el del Lunar.

El maestro iliturgitano tuvo la suerte de conocer, escuchar y aprender de grandes cantaores mayores que él como José Palanca, El Niño Gloria, Bernardo el de los Lobitos, Juanito Mojama, Tomas Pavón, Pepe Torre, La Niña de los Peines y su marido Pepe Pinto, José Cepero, Andrés Heredia “El Bizco”, Manuel Vallejo, Pepe Marchena o Caracol padre, por recordar solo algunos, aunque siempre tuvo una especial predilección por el gran Manuel Torre, al que Rafael recordaba en muchas ocasiones como “El Majareta”; o guitarristas como Niño Ricardo, Currito el de La Jeroma, Melchor de Marchena, Manolo de Badajoz, Luis Maravilla o el que fuera su mentor Perico el del Lunar. Por todo esto, podríamos afirmar que el maestro de Andújar hizo de puente entre las generaciones anteriores y posteriores a la suya, y su cante ha servido de espejo para cantaores como José Menese, Enrique Morente, Carmen Linares, Miguel Vargas, Rosario López etc.…

De especial significancia en la carrera artística de Rafael Romero, fue su estancia en el histórico tablao Zambra, donde fue piedra fundamental del cuadro antológico junto a Perico el del Lunar, Rosa Durán, Manolo Vargas, Pepe el de la Matrona, Juan Varea y Pericón de Cádiz. Desde su apertura en 1955 hasta su cierre en enero de 1975, el maestro de Andújar desarrolló gran parte de su extenso repertorio que fue adaptando a su voz y a su forma de sentir el cante.

El paso de Rafael Romero por el séptimo arte no fue algo casual o anecdótico ya que participó en nueve películas - no en tres como se ha dicho hasta ahora -, en algunas de ellas no solo de cantaor y bailaor sino también como actor. Los títulos son: La Cigarra, (1947) – Brindi a Manolete, (1948) – Carne de horca, (1953) - Llanto por un bandido, (1964) – El arte de vivir, (1965) - Mestizo, (1966) –Último encuentro, (1967) - La Cacería Real del Sol, (1968) - La Carmen, (1975).

Rafael Romero aparte del don del cante, siempre tuvo un gran afán de superación, de ahí que desde muy joven aprendiera a escribir y a leer, algo que después le sirvió para relacionarse y entablar amistad con personajes como los Marqueses de Urquijo y los de Portugalete, cineastas como Orson Welles, Luis Buñuel, Carlos Saura o Julio Diamante, y actores como Paco Rabal o Ava Gardner con la que se le adjudicó un romance. También fue amigo de escritores como Camilo José Cela o Rafael Alberti, famosos pintores y relevantes personajes de la medicina aficionados al cante, o toreros como Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín.

En 1973 Rafael Romero Romero recibió el reconocimiento más importante de su vida, el concedido por la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces de Jerez de la Frontera, y que solo obtienen los grandes privilegiados del flamenco.

En 1976, su ciudad natal también homenajeó al cantaor iliturgitano con la rotulación de una calle que lleva su nombre. Igualmente en 1992 y por iniciativa de la Peña Flamenca de Tokio (Japón) se le erigió un busto en un bonito parque de Andújar.

Rafael Romero desarrolló dos facetas del cante flamenco a la vez, la de cantaor para el baile y en solitario. Como cantaor en solitario el cantaor de Andújar dejó una extensa y variada discografía bastante esparcida y complicada de reunir. En ella hay más de 160 cantes repartidos entre más de medio centenar de palos y estilos. Fue el primer cantaor que grabó el polémico cante de la madrugá, o la alboreá, cante ritual de las bodas gitanas. Su mayor aportación la realizó en las rondeñas y la caña, cante este último al que Romero engrandeció y terminó de darle la cuadratura, prestancia y resolución que tiene en la actualidad. También rescató del olvido algunas tonás y algunos estilos de soleá de su pariente José Illanda.

Rafael Romero fue pionero en grabar flamenco en microsurco a principio de los 50. También fue el primer cantaor que grabó en formato CD, en 1988, en Japón, la que a la postre fue la última grabación del cantaor de Andújar cuando contaba con 77 años.


Rafael Romero nació y vivió para el cante y con él hizo magisterio. Fue un gitano cabal, querido y admirado por sus compañeros, falleció en Madrid donde vivió durante cincuenta años. Su óbito ocurrió el día tres de enero de 1991 entre las cinco y las seis de la tarde en el hospital La Paz, sus restos reposan en el cementerio de la Almudena de la capital de España. Con su pérdida se nos fue un gran cantaor y una gran persona.

Rafael Romero Romero tuvo cinco hijos, y en la actualidad tiene trece nietos, diez biznietos y dos tataranietos.

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