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La UCA pone en marcha su proyecto de Voluntariado Ambiental

Setrata de restaurar la Salina de la Esperanza

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  • Se trata de un proyecto de sensibilización y científico -
La Oficina Verde de la Universidad de Cádiz ha inaugurado el Proyecto Local de Voluntariado Ambiental Una pizca de sal III en el edificio CASEM en el Campus de Río San Pedro, que continuó con unos talleres en las salinas de La Esperanza y una actividad de convivencia entre estudiantes, investigadores y voluntariado.

Lo coordina la Asociación UCA Solidaria y cuenta con la subvención de la Consejería de Medio Ambiente. La Oficina Verde y el Grupo de Conservación de Humedales Costeros colaboran estrechamente con esta asociación, la primera en cuanto a la organización y la gestión del voluntariado y la segunda, en cuanto a la formación de los voluntarios/as y, a su vez, aportando apoyo científico al proyecto.

La finalidad de Una pizca de sal es restaurar la Salina de la Esperanza, una salina tradicional abandonada mediante la promoción del voluntariado ambiental universitario. Esta tarea se lleva a cabo gracias a la ayuda y el “buen hacer” de dos maestros salineros conocedores de la materia.

En esta ocasión, una treintena de personas voluntarias han participado en varios talleres, procedentes del programa API (Academic Programs International) de la UCA y de la Universidad Pablo Olavide; y de la Oficina Verde, dos de ellas del Aula Universitaria de Mayores.

Son múltiples las actividades que desarrollan los voluntarios: extracción de sal artesanal, anillamiento de aves, etc. Entre los voluntarios/as participantes destacan principalmente población universitaria, fundamentalmente de los grados de Ciencias del Mar y Ciencias Ambientales, aunque también han participado estudiantes de otras titulaciones como Empresariales, a su vez ha sido notoria la participación de alumnado API, del Aula Universitaria de Mayores; así como de la comunidad egresada. A su vez, en la edición pasada se implicaron otros miembros de la comunidad universitaria perteneciente al PDI (Personal Docente e Investigador).

En el curso pasado, un total de 37 voluntarios-as colaboraron en estas tareas. De éstas, 30 personas, es decir, el 81% del total, con una edad comprendida entre los 20 y los 25 años, tres personas (8%) con una edad comprendida entre 28 y 31 años y cuatro personas (11%) con una edad entre 55 y 65 años. La localidad de residencia de todos ellos se sitúa en la Bahía de Cádiz, en las poblaciones de Chiclana de la Frontera, San Fernando, Puerto Real, Cádiz; y Jerez .

Se realizaron tres talleres rotativos divididos en tres grupos para la restauración ambiental de área de reproducción para las aves, la construcción de un puente artesanal y de compuertas pequeñas para la salina; y de carácter formativo se realizó una sesión de avifauna (introducción a las aves a través del telescopio, y proyección de fotos -video y anillamiento si es posible).

Se finalizó la actividad con una comida de convivencia, que consistió en la degustación de un pescado de estero, cocinado de forma artesanal. El rector de la UCA, Diego Sales, acompañó al voluntariado en este encuentro, junto a representantes de la oficina Verde y la Consejería de Medio Ambiente.

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