Varios ataques rusos, algunos de ellos con bombas aéreas, han matado en las últimas 24 horas a tres civiles ucranianos en la región de Járkov, donde un total de 33 personas resultaron heridas el martes como consecuencia de los proyectiles o el fuego rusos, según informó este miércoles la Administración Militar de la región.
Dos de los fallecidos perdieron la vida al caer una bomba aérea rusa FAB-250 en el distrito de Saltivski de la ciudad de Járkov, capital de la región homónima y la ciudad más grande de Ucrania después de Kiev. Dieciséis casas sufrieron daños y 5 personas resultaron heridas en ese ataque.
Otra bomba aérea rusa lanzada contra la ciudad dejó 28 heridos y destruyó parcialmente una infraestructura industrial, una casa particular y treinta automóviles.
Poco antes de la pasada medianoche, las fuerzas rusas lanzaron otra bomba aérea sobre el distrito de Izium de la región de Járkov. Un hombre de 33 años murió en ese ataque.
Una cuarta víctima, de 77 años, perdió la vida en el distrito de Kurilivska de la región al explotarle un artefacto explosivo no identificado.
Rusia ataca a diario territorio ucraniano con bombas aéreas guiadas, explosivos convencionales dotados de sistemas propios de navegación que permiten ser lanzados desde decenas de kilómetros de distancia del objetivo y sin que los aviones que los lanzan entren en el radio de acción de las defensas aéreas enemigas.
Ucrania pide insistentemente a Reino Unido, Francia y Estados Unidos que le permitan utilizar los misiles de largo alcance que le envían contra los aeródromos de la Federación Rusa de los que salen estos aviones, para neutralizar así estos ataques en origen.