La novillada feriada que se celebraba como inicio de temporada en el foso portuense dejó el grato sabor de un encierro con el hierro de Condessa de Sobral de gran clase y juego. Por el contrario el sabor amargo de un inoportuno aire que molestó a un terno de novilleros ansiosos de triunfos. Fran Gómez de Cádiz cortó una oreja en cada novillo al igual que Vázquez Romero, de Rota. Los dos juntos abrieron la primera puerta grande de la temporada. El granadino Alejandro Enriquez paseó solo un apéndice.
La tarde no era apta para festejos por el fortísimo aire y la polvareda que provocó un aspecto desolador en los tendidos, lo fácil hubiese sido suspender la corrida, sin embargo, la empresa honradamente actuó bien y los aficionados pudieron disfrutar de seis novillos de excelente presentación con movilidad, nobleza y raza.
Bastante hicieron los novilleros por salir indemnes de tal compromiso, ya que, el fuerte viento deslucía su labor y era imposible templar las embestidas porque los engaños volaban ante la misma cara de los novillos.
El gaditano Fran Vázquez muy valiente y entregado dejó buenos pasajes con la muleta acompañados por también excelentes estocadas. En su primero le pidieron una segunda que le fue negada. Habrá que ver si cuando lleguen las figuras grandes en el abono el nuevo presidente, Jesús Nebas, mantiene la misma línea.
Con la misma disposición y ganas salió el roteño Vázquez Romero igualmente molestado por el viento y sufriendo los efectos del mismo con gallardía en sus distintas intervenciones.
Por su parte, Alejandro Enriquez abrió la plaza con buenas maneras y oficio y demostrando que hizo lo que pudo en el primero con una diestra que caracteriza a este novillero.
Una tarde de novillada que estuvo marcada por el fuerte viento que provocó que la entrega de los novilleros y del público presente se viera algo perjudicada pero que en ningún momento bajó la calidad del espectáculo.