Según explica en la exposición de motivos de la Proposición No de Ley, González Cabaña destaca que todos los tramos del AVE Sevilla-Cádiz se encuentran ya en servicio o se están ejecutando y que esta línea de alta velocidad está contemplada en el Plan Estratégico de Infraestructuras (PEIT) 2005-2020. En la iniciativa, se pone de manifiesto que la última parte del recorrido de la línea (la que une Jerez y Cádiz) servirá, además, para potenciar “el tráfico de Cercanías, de gran importancia en el ámbito de la Bahía”. Para ello, “se está duplicando la vía en toda su longitud y mejorando el trazado en numerosos puntos con las variantes necesarias, para permitir la circulación en alta velocidad”. Ésta y otras mejoras, a juicio del diputado socialista, “permitirán al finalizar la actuación, una oferta ferroviaria mucho más atractiva, equiparable en tiempos de viaje, frecuencia de servicios, confort y seguridad a las mejores existentes hoy día en Europa”. González Cabaña refleja en su iniciativa que en el año 2004 prácticamente no se había iniciado la ejecución y que ha sido el gobierno socialista de estos últimos ocho años el que ha potenciado esta inversión, a pesar de los intentos de Partido Popular gaditano de calificar lo realizado como “una auténtica chapuza”.
Con respecto al segundo puente sobre la Bahía de Cádiz, González Cabaña argumenta que para el Grupo Socialista “es una infraestructura fundamental para la cohesión territorial y para la mejora de la eficiencia económica de la provincia de Cádiz que debe estar ejecutada a lo largo de 2012”. El dirigente socialista resalta en la iniciativa que esta infraestructura se encuentra en su última parte de ejecución y que, a pesar de los reajustes en la inversión del Ministerio de Fomento durante el pasado año, no ha sufrido ningún recorte en la inversión prevista.
En contraposición a la actitud decidida y positiva del Gobierno socialista, González Cabaña ha denunciado las maniobras del Partido Popular en la provincia: “La marcha de las obras y las sucesivas consignaciones presupuestarias han demostrado la falsedad de una estrategia política para la que no han dudado incluso en utilizar a la ciudadanía, recurriendo a la recogida de firmas para la terminación de unas obras que siempre contaron con un compromiso inequívoco de ejecución por parte del Gobierno socialista”.