El Reglamento de la Cámara establece que son necesarios diez miembros para constituir un grupo parlamentario propio y que a lo largo de la legislatura, además, ese número no sea inferior a seis. El PNV logró cuatro senadores en las elecciones del año pasado y CiU, siete, por lo que ambos partidos se quedaron a falta de varios representantes y el PSOE acordó con los dos prestarles senadores.
El préstamo dura unos días, lo necesario para registrar el grupo, tras lo cual los parlamentarios vuelven a su grupo de origen. En el caso del PNV y no en el de CiU, son necesarios dos componentes más a lo largo de toda la legislatura para llegar a los seis que como mínimo se exigen, así que ante cada periodo de sesiones, se produce un préstamo nuevo. En esta ocasión, el de las senadoras Sánchez Hernández y Castro, según la información recogida por Europa Press de los Boletines del Senado.
Esta práctica parlamentaria, que también se da en el Congreso y que se ha producido en otras legislaturas, se traduce no sólo en un traspaso de cargos de los partidos grandes a los pequeños, sino también, entre estos últimos. Por ejemplo, el BNG prestó al arranque de esta legislatura un diputado a ERC e IU-ICV.