Se llamó de Bohórquez Cadahorcos, Callejón de San Francisco y Tras San Francisco. Desde el 22 de abril de 1852, por acuerdo del Ayuntamiento, lleva el nombre de Doña Blanca por Dª Blanca de Borbón, desgraciada mujer de D. Pedro el cruel, que durante años estuvo sepultada en el cercano convento de San Francisco. La calle Doña Blanca ha sido siempre un lugar lleno de vida comercial, para la historia quedan establecimientos emblemáticos, ya desaparecidos, como el Salón Jerez, el Hotel Comercio, la juguetería Álvarez, Simago, González de Peredo, Tejidos Martín, Muebles Berraquero, o el Hotel Centro con su amplio garaje donde muchos jerezanos y visitantes guardaban aquellos primeros coches que empezaban a llenar la ciudad.
El Hotel Garaje Centro fue uno de los pocos establecimientos hoteleros con los que contaba Jerez, con el tiempo se fue haciendo viejo hasta ser derribado para levantar en su solar, al que se le había añadido parte del viejo edificio del convento de San Francisco de la calle Corredera, el centro comercial Jerez Plaza. Como la mayoría de los centros comerciales establecidos en el casco urbano pronto la decadencia también hizo mella y sus locales fueron poco a poco quedándose vacíos. Tras varios años de inactividad, una nueva iniciativa pretende darle vida. En esta pasada semana nos hemos enterado que el centro comercial Jerez Plaza contará antes de la próxima Navidad con una superficie dedicada a la venta de productos de primeras marcas a precios de saldo. La iniciativa ha sido promovida por Acoje, Asunico y la asociación de comerciantes del Mercado Central de Abastos, contando con el respaldo del Ayuntamiento.
El nuevo espacio comercial se denominará Primarcas y dispondrá de 700 metros cuadrados de superficie, que se dividirá en módulos en los que se instalarán 20 stands de entre 25 y 30 metros cuadrados. Una iniciativa parecida se ha llevado a cabo, recientemente, en Cádiz donde el comercio tradicional convirtió durante toda una mañana el casco histórico de la capital en un pequeño 'outlet' donde los gaditanos pudieron disfrutar de descuentos y ofertas especiales.
El responsable de la organización, valoró positivamente esta actividad, aunque destacó que más que impulsar las ventas, con esta iniciativa se había conseguido el objetivo primordial: «Ganar en imagen y en promoción de nuestro comercio». A este respecto, Celestino Martínez, experto en ventas, afirma que una gran parte del comercio tradicional está intentando afrontar los cambios del siglo XXI con negocios más propios, casi, del siglo XIX. Cada vez queda más claro que la crisis ha provocado, o acelerado, una serie de cambios en la sociedad que han afectado, entre otros comportamientos, a la manera en que el consumidor entiende las compras, habiéndose modificado la valoración e importancia de aspectos como calidad, cantidad, nivel de exigencia, objeto de la compra o comportamiento ante ella.
Hay, por tanto, que definir un público objetivo y orientar hacia éste las marcas, productos, instalaciones, escaparates, filosofía de venta, ambientación, comunicación… para pasar de vender productos a proporcionar experiencias de compra memorables. Iniciativas como esta de Jerez Plaza vienen a demostrar que todavía existen fórmulas para salvar un comercio que siendo tradicional debe estar a la altura de lo que exigen los nuevos tiempos.