A sus 43 años, Alberto Chicote se ha convertido en el chef más famoso de nuestro país gracias a su participación en "Pesadilla en la cocina", un formato emitido por La Sexta en el que ha ayudado a salvar negocios desastrosos. En ellos, este hombre políticamente incorrecto ha mostrado su temperamento, nervio y claridad. Sin embargo, confiesa que ha tenido momentos bajos en los que lo ha pasado mal y ha derramado lágrimas, aunque según dice, todo el sufrimiento compensa cuando esos locales consiguen salir a flote y triunfar.
El último caso ha sido el de José Luis, quien abrió un restaurante con otro socio, 'La Mansión de Navalcarnero'. Poco después y durante las obras, el soció de José Luis abandonó, por lo que éste se vió con una obra que saldría el doble de lo previsto. Le faltaban 120.000 euros y su madre accedió a hipotecar la casa para no perder el dinero invertido en las obras. Ahora, tras los consejos de Chicote, está en José Luis en sacar adelante el negocio e impedir que su madre Amelia sea desahuciada.
El cocinero ha vuelto con historias tan interesantes como estas y parece que lo ha hecho para quedarse. Además, acaba de publicar un libro en el que muestra las recetas que ha elaborado a lo largo de su andadura televisiva.
Cercano, sincero y feliz por la oportunidad que le han dado, el cocinero confiesa que ama su profesión y que entre sus planes está abrir un restaurante. Sin embargo, a pesar de llevar más de media vida entre fogones, cuenta que entre sus aficiones está también la fotografía o el rugby, deporte que curiosamente le permitió compartir equipo con el actor Javier Bardem .
EUROPAPRESS: ¿Cómo lo has pasado en esta segunda temporada?
ALBERTO CHICOTE: Lo he pasado mal, he llorado, pero el resultado ha sido fantástico. Una llamada meses después diciendo que su negocio va bien lo compensa todo.
EPR: ¿Vas a ser un Alberto más humano?
A.C: Soy el mismo de antes, lo que sucede es que los casos que me he encontrado esta temporada han requerido en muchas ocasiones de cierta motivación un poco más calmada. Algunos casos han requerido charlas más sentidas, intentando hacerles ver las cosas de un modo más calmado, aunque yo no soy calmado.
EP: ¿Cómo afrontas temas tan complicados como los desahucios?
A.C: Con normalidad. Primero diciendo la realidad a la cara, que igual nadie lo ha hecho.
EP: ¿Qué cualidades exiges en un restaurante?
A.C: Un negocio de hostelería tiene muchas patas, aunque unas son más importantes que otras. Si llegas y ves que no se come bien, no te atienden bien, que los precios no son los adecuados y que la calidad no es la que te esperas, ahí no puede ir nadie.
EP: ¿Has progresado como psicólogo?
A.C: No soy psicólogo, no puedo progresar, pero sí entiendo las cosas y sigo tratando a la gente y diciéndoles las cosas del mismo modo, aunque intento entender la situación de la gente con la que trabajo.
EP: ¿Con quién te desahogas tú?
A.C: Ya me gustaría tener con quien, porque mi mujer bastante tiene la pobrecilla con aguantarme a mi como para que encima se tenga que comer los marrones de otros. Igual cuando terminamos de grabar agarro a alguno de los compañeros para tomarnos una cerveza y lo mismo son ellos los que se comen el marrón, aunque se lo pasan bien conmigo.
EP: Los inspectores de sanidad han alabado tu trabajo.
A.C: Por lo que he leído sí, desde que se emitió el primer programa bastantes inspectores han salido en la prensa refrendando que las cosas son así como salen.
EP: ¿Cuáles son los errores más frecuentes de los restaurantes que has visitado?
A.C: Hay cosas muy visibles como la suciedad, la falta de higiene y limpieza, eso es muy común.
EP: ¿Cocinas para amigos?
A.C: Lo que no hago es cocinar para mi solo. El hecho de cocinar tiene que ser siempre generoso, tiene que haber alguien contigo, al menos comiendo, es lo mas divertido del mundo.
EP: ¿Sigues vistiendo de Ágatha Ruiz de la Prada esta temporada? ¿Por qué?
A.C: Hace unos años, en la pasarela Cibeles, cada cocinero le tenía que dedicar un plato a un diseñador y a mi me tocó Ágatha. Le gustó mucho mi plato y me hizo la chaquetilla, cosa que no tenia que ver con el trato. La saqué el año pasado y me encantó, llevaba toda la vida vestido de blanco y dije ¿por qué no cambiar? La llamé y la pedí más, alucinó, y la encargué una para cada programa. Para esta segunda temporada ella se adelantó (risas).
EP: ¿Qué opinan tus amigos de tu programa?
A.C: Una de las cosas más gratificantes es que la percepción de la gente del oficio es muy buena. Que me llame gente como Joan Roca y me diga "tío me encanta tu programa..¿qué más puedo pedir?" La gente que está en determinado nivel se da cuenta de que el objetivo del programa es intentar llegar a unos niveles mejores.
EP: ¿Tienes pensado montar un restaurante? ¿Serán más exigentes contigo?
A.C: Soy cocinero y sí pienso en montar un restaurante. Sin duda la gente será muy exigente conmigo, se escucharán las escopetas cargar desde la calle segurísimo, pero eso siempre ha sido así. Me he movido siempre en un nivel de restauración alto y cuando las expectativas del publico son altas ocurre esto.
EP: ¿Vas a montarlo?
A.C: Ahora mismo no tengo ni local ni nada en marcha
E.P: De momento lo que sí has hecho es publicar un libro, ¿cómo surgió la idea?
A.C: Durante la primera temporada la gente me escribía pidiéndome las recetas que veían en el programa y se las mandaba y me sorprendió que la gente lo hacia y me mandaban la foto de cómo había quedado. Entonces pensé que si tanta gente quería las recetas podría publicarlas, así que teclee las recetas eliminando los términos más técnicos, todo en doce días.
EP: ¿Cuál es tu plato estrella? ¿Qué plato se te resiste, si hay alguno?
A.C: Cuando te pones a cocinar y lo afrontas de un modo técnico no hay cosas que te puedan salir mal, si respetas los pasos pero algunos han supuesto muchas alegrías como el tataki de atún con ajo blanco, que me tiré muchísimos años haciéndolo.
EP: ¿Qué te parece MasterChef?
A.C: Es otro tipo de programa pero yo de lo que mas me alegro es de que haya más formatos de cocina y de que Jordi, Samantha y Pepe estén ahí, que lo pasen bien, están haciendo un buen trabajo. Parece mentira que en un país como el nuestro en la tele no hubiera nada de cocina.
EP: De todos los restaurantes en los que ayudaste el año pasado hubo dos que no pudieron remontar, ¿cómo te sientes?
A.C: Me dolió un montón porque empelas mucha ilusión, fuerza, energía y trabajo, y que luego las cosas no funcionen o que hagan lo que quieren porque creen que solo con tener el local más bonito van a remontar, da mucha rabia.
EP: ¿Te ves en la televisión en diez años o pones fecha de caducidad?
A.C: Hace diez años no me imaginaba esto ni de broma, por tanto, en otros diez no sé lo que será. Voy andando, vendrán cosas divertidas y cosas que no tanto.
EP: Ser coach es una responsabilidad, ¿te hace ser más exigente contigo?
A.C: Para mi esto del coaching es una denominación pero es lo que llevo haciendo toda la vida con la gente que trabaja conmigo.
EP: ¿Cómo has sobrellevado la fama?
A.C: La gente me dice cosas en la calle, recibo muestras de reconocimiento y cariño y ¿a quien no le gusta que le digan buen trabajo? A mi no me molesta, está bien, no es agobiante y como tampoco hago cosas raras no me escondo de nada de lo que hago, mi vida no ha cambiado prácticamente nada.
Con esta entrevista a Europa Press, Alberto Chicote ha demostrado sin ninguna duda que es, como el mismo se define, un "cocinero, de esos que les corre el aceite por las venas, que cocinan mas con las tripas que con la cabeza y que se comen la vida a bocados de placer".