Una petalada tras otra fue la imagen más repetida del recorrido procesional de la Virgen de Consolación por las calles de Cartaya, que este domingo era devuelta a su ermita después de quince días de cultos en la parroquia de San Pedro Apóstol.
Cientos de cartayeros acompañaron a la comitiva, y numerosos vecinos engalanaron sus fachadas durante el recorrido, dando un toque colorista al día grande de la Virgen.
Y es que la Hermandad de Nuestra Señora de Consolación concluyó así los actos y cultos que en honor a su titular inició el pasado día 23 de agosto con el traslado de la imagen de la Virgen desde su camarín al paso, a hombros de sus rematantes. Un acto que tuvo lugar en la ermita de su mismo nombre, y al que prosiguió el día 25 la procesión de Bajada de Virgen desde dicha ermita hasta la parroquia de San Pedro Apóstol. Allí ha permanecido hasta este domingo, en que sus rematantes la han portado de nuevo en solemne procesión hasta su ermita.
Cientos de devotos disfrutaron un año más con el paso de la Virgen por su tradicional recorrido: plazas Redonda y Larga, y calle Santa María de Consolación.
Pero el día grande de Consolación se inició a mediodía con la solemne función principal en honor a la Virgen, presidida por el párroco de Cartaya y director espiritual de la hermandad, Manuel Domínguez Lepe. La predicación corrió a cargo de Juan Pablo Domínguez Teba, y la capilla musical fue interpretada por voces, órgano y cuerdas del grupo de cámara Santa Cecilia, que ofreció un escogido repertorio en el que se incluyeron los Gozos de la Virgen, recuperados este año por la hermandad y estrenados el pasado 23 de agosto con motivo del traslado de su imagen desde el camarín hasta el paso. Participaron igualmente hermandades e instituciones tanto de Cartaya como de las localidades vecinas.
Ya por la tarde, a las 20.00 horas, tuvo lugar la misa de despedida de la Virgen del templo cartayero para, a continuación, sobre las 21.00 horas, dar inicio la solemne procesión de regreso a su ermita, popularmente conocida como Subida de la Virgen. Formaron parte del cortejo las hermandades hermanadas, numerosas mujeres de mantilla y las autoridades civiles y militares de la localidad, cerrando la comitiva la agrupación musical de La Algaba.
Entre el fervor popular y los cohetes, la Virgen llegó de nuevo a su ermita, donde tuvo lugar la arraigada tradición de la Puja de las Maniguetas para portar el paso de la Virgen en su entrada a la misma. Posteriormente, tras el fervorín del predicador y el canto del himno, se dieron por concluidos hasta el año que viene los cultos que Cartaya dedica a la Virgen de Consolación.
ESTRENOS
En el apartado de novedades, según informó la hermandad, este año han destacado el nuevo dosel de damasco rojo y caídas laterales de terciopelo burdeos para el altar de novena, así como faldones de damasco burdeos para las andas usadas en el traslado al paso de la Virgen. También se han estrenado durante los cultos de 2013 nuevos reposteros para el exorno del recorrido de la Virgen, realizado todo por un grupo de hermanas.
Igualmente la Virgen estrenó una casulla blanca de tela valenciana del siglo XVIII, un pecherín en tul bordado en hojilla de oro y puños de encaje, así como la ropa interior del Niño, todo donado por un anónimo.
También estrenó el Niño un sillón en madera de caoba de estilo isabelino realizado y donado por Manuel Ponce Jiménez. Del mismo modo la familia Acevedo-Rebollo ha donado unos pendientes alfonsinos de oro y aljófares, y un donante anónimo unos pendientes de oro y topacios del siglo XIX.