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España será clave en la seguridad energética de la UE con el gasoducto Midcat

Un informe señala que España ya cuenta con las infraestructuras adecuadas pero añade que, \"dentro de poco\", serán más países quienes las tengan

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La construcción del Midcat, el gasoducto que conectaría Francia y España a través de Cataluña, convertirá a España en un "actor clave" para mejorar la seguridad energética en la UE y reducir la dependencia del gas ruso en un 10 por ciento, según el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE).

Así lo defiende el informe "El Midcat: el papel de España en la seguridad energética de Europa", publicado por el IEEE, que señala que España ya cuenta con las infraestructuras adecuadas pero añade que, "dentro de poco", serán más países quienes las tengan y la ventaja competitiva actual española "podría difuminarse".

Con el Midcat, un proyecto "rentable y atractivo que puede jugar un papel importante en la diversificación del suministro energético de la UE" y que desde el lunes pasado cuenta con el apoyo comunitario, España dejaría de ser una "isla energética en Europa" y se convertiría, antes de 2020, en un distribuidor de gas acorde con su "privilegiada" posición geográfica.

La crisis de Ucrania ha reavivado las consecuencias de los cortes de suministro de gas realizados por Rusia en 2006 y 2009 que afectaron a gran parte de la UE y que, si se reprodujesen, podrían colocar a la UE en un puesto "alejado" de las grandes economías mundiales, según María del Mar Hidalgo, analista del IEEE.

Un tercio del gas y del petróleo que se consume en la UE depende de Rusia y un 40 por ciento de este gas se suministra a través de Ucrania, una dependencia que sitúa a la UE en una posición "muy vulnerable" desde el punto de vista energético.

Por eso, el IEEE alerta de que, si no se toman las medidas adecuadas, "la seguridad energética de la UE, entendida como la garantía del suministro a un precio razonable, puede verse seriamente afectada".

No se trata de prescindir del importador ruso sino de diversificar las fuentes de suministro, para lo que el IEEE sugiere aumentar las conexiones de gas natural con Asia central y con el Norte de África.

España permanecería ajena ahora a un eventual corte del suministro de gas a través de Ucrania, porque no importa gas de Rusia y tiene diversificado su suministro a través de seis gasoductos internacionales -dos desde Argelia, dos desde Portugal y dos desde Francia-, además de seis centrales de gas natural licuado (GNL).

Esta "situación ventajosa", que permite a España evitar las fluctuaciones en el suministro del gas ruso, podría beneficiar al conjunto de la UE, con proyectos como el Midcat, que garantizaría un suministro a un precio estable procedente de Argelia, tercer suministrador de gas natural después de Rusia y Noruega.

España recibe a través del gasoducto Medgaz -que une Argelia con la costa de Almería- gas equivalente al 42 % del monto que importa del exterior, y completa su suministro con gas natural licuado procedente de al menos una decena de países distintos, por lo que no es tan vulnerable como el resto de la UE a una hipotética interrupción del flujo de gas ruso.

La construcción del Midcat, que se propuso en 2007 para que estuviera operativo en 2015, se paralizó en 2010 porque, según las empresas francesas responsables del proyecto, "no había suficiente demanda de gas", recuerda el IEEE.

Ahora, cuatro años después y con la amenaza de la inestabilidad ucraniana, España podría transferir a la UE una cantidad de gas procedente de Argelia "equivalente a la mitad del que llega desde Rusia vía Ucrania", según defendió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado lunes en el Consejo Europeo de Bruselas.

España logró en esa reunión comunitaria celebrada el pasado 21 de abril el apoyo del Consejo Europeo de la UE al impulso de sus interconexiones energéticas con Francia.

El presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, destacó que la reducción de la dependencia energética es una "asignatura pendiente" en la UE, que ha vuelto a cobrar relevancia por la crisis de Ucrania y que precisa una actuación porque, de lo contrario, "en 2035 la dependencia de las importaciones de gas y petróleo será del 80 por ciento".

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