Nadie puede estar en contra de misiones, asociaciones y/o ONG's que tengan entre sus funciones la dedicación de su tiempo, trabajo y dinero a los más desfavorecidos. Su labor es indiscutible e indudable, pero a la hora de alegrarse por la ampliación de funciones de una asociación, es preciso hacer un examen de conciencia. No es por nada, pero el análisis no debe quedarse en lo meramente superficial.
Si abren un comedor para niños con necesidades en verano, perdónenme, pero no es para alegrarse, es para echarse las manos a la cabeza. Vamos a darles de comer, por supuesto, pero no nos olvidemos dibujar un futuro, de crear las estructuras de ese futuro y dejar de crear necesidades, que en más de 30 años de gobierno en Andalucía, la necesidad que ha sido creada, se ha tapado con una política asistencial y subsidiaria, que llaman política social.
Una política de creación de necesidades tapadas con subsidios, y que parece, en muchas ocasiones, una creación intencionada. Vamos a dejarnos de demagogias y "no me des pescado, dame una caña y enséñame a pescar".
