Los descubridores de la necrópolis de Paraje de Monte Bajo, Gil Birues de Segovia Diego y Manuela Lago López, han anunciado que han descubierto un hallazgo que podría ser todavía más importante que éste, a la vez que han expresado su descontento por el trato recibido en los últimos tiempos por los administradores de ese espacio.
Los últimos meses han sido muy importantes para la Comarca de La Janda en materia arqueológica. Hace apenas dos semanas se inauguraba en Benalup el flamante Centro de Interpretación del Cádiz Prehistórico y poco antes, a finales del pasado mes de diciembre, hacía lo propio la sala Costumbres Funerarias hace 5.000 años: La Necrópolis de Monte Bajo, ubicada de forma permanente en el centro de visitantes El Aljibe de Alcalá de los Gazules.
En esa inauguración, que tuvo lugar el pasado 22 de diciembre, estuvieron presentes, entre otros, la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, el director del Parque Natural de Los Alcornocales, Marco Tena, el gerente del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) de Los Alcornocales, Carlos de la Rosa, el alcalde de Alcalá de los Gazules, Arsenio Cordero, y la profesora del Área de Prehistoria de la Universidad de Cádiz (UCA), María Lazarich González.
En este sentido, los vecinos de Benalup Manuela Lago y Gil Birues, el matrimonio que descubrió el yacimiento, han expresado su malestar debido a que –según denuncian– “nos tuvieron al margen de los preparativos”, lo que “no tendría importancia si no fuera porque formábamos parte del equipo, ya que nos incorporamos a la segunda fase de excavación”, añaden.
Asimismo, recuerdan que fue el 30 de septiembre de 2004 cuando se personaron en el Departamento de Protección del Patrimonio Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía y en el Ayuntamiento benalupense para comunicar de ese hallazgo arqueológico “casual” y dejaron constancia por escrito del descubrimiento.
A partir de ese mismo instante, hace ya cinco años, Gil Birues y Manuela Lago, se incorporaron al equipo arqueológico que se encargó de las labores de excavación. Ambos recuerdan las tareas “de todo tipo” que desempeñaron: “Desde las más rudas como la limpieza del lugar, retirada de tierra, piedras, cepas de árboles; a las más delicadas, extracciones de mandíbulas completas, vasijas de cerámicas, pigmentos, flechas de sílex, cráneos, huesos varios, hachas, azuelas y otras”.
Finalmente, ese descubrimiento resultó ser de bastante relevancia: una necrópolis prehistórica que constaba de cuatro estructuras, una de las cuáles es la que se reproduce en el centro de visitantes de El Aljibe desde el pasado diciembre.
No obstante, las denuncias de ambos no acaban ahí, ya que aseguran que “más tarde nos sentiríamos expulsados del equipo al no contar como halladores ni como colaboradores en la síntesis divulgativa, ni en los dípticos, repartidos el día de la exposición”. Aunque aclaran que fueron “requeridos para prospecciones” en la cual hallaron diversas piezas y colaboraron unos días con el Museo de Cádiz en la restauración de objetos.
También aseguran que se sintieron “vetados” en otros dos actos que tuvieron lugar en el Museo de Cádiz el pasado 13 de diciembre y el 17 de enero y aseguran que el trato que recibieron fue “ridículo”.
Hay que recordar que durante el tiempo que se efectuaron las excavaciones en la necrópolis de Monte Bajo, el matrimonio de descubridores arqueólogos hallaron “de forma fortuita” la Cueva del Celemín y el alfabeto tartésico que se descubrió en ella, además de escenas de caza, animales y otras pinturas.
Gil Birues y Manuela Lago, anuncian que “la historia de los hallazgos no acaba aquí” y aseguran que han puesto recientemente en conocimiento de la Delegación Provincial “algo que podría superar todo lo hallado por nosotros hasta la fecha”.