Hace semanas, ya publiqué que continuaban las gestiones para ver la viabilidad del Museo Cofrade en el Zaporito, por parte del Consejo de Hermandades y el Ayuntamiento, y también dije, que si los cofrades no se suman al proyecto, Loaiza está dispuesto a darle contenido a ese museo. Y me aventuré a escribir a que ese as bajo la manga es el Museo de la Navidad.
Lo sucedido la semana pasada con un comunicado del Consejo de Hermandades manifestando que todavía está en negociaciones, la confirmación de dichas negociaciones por parte del delegado de Desarrollo de la Ciudad y lo manifestado por el alcalde en un programa de televisión, me da a mi que hay falta de comunicación o que aquí hay quien va con pies cambiados.
Es verdad que hay negociaciones. Sí, pero a menos que el Ayuntamiento no ofrezca garantías suficientes de que dicho Museo Cofrade no costará dinero al Consejo de Hermandades, todo apunta a que será difícil el acuerdo. Por otro lado, cierto es que el alcalde tiene ese as bajo la manga y que el Museo se va a abrir, con enseres cofrades o con belenes. Y quizás esta última opción sea incluso mejor, porque junto al Zaporito hay terreno para que lleguen los autobuses de visitantes para ver el Belén Monumental o todos los que se ofrecen allí.
Otra cuestión. Distinto es que a mí no me gusta la zona para un Museo Cofrade y apoyo esa idea de José Carlos Fernández Moreno de que el Museo Cofrade se ubique en lo que hoy es la Casa de la Juventud.
El centro de la ciudad se revitalizaría si en la calle Real se dieran cita el Museo Naval, el Museo Histórico, el Museo de Camarón y el Museo Cofrade. Después de todo, siempre hay que tener en cuenta que lo que mal empieza, difícil es que acabe bien. Y entiendo que antes de ofrecer un lugar para un Museo, habría que haber planteado con los hermanos mayores las propuestas y alternativas.
