Precisamente ese honor corresponde al propio Loeb, que en 2005 enlazó seis triunfos seguidos entre los rallys de Nueva Zelanda y Argentina. Ahora, el alsaciano, sin rival en este inicio de curso, tiene un nuevo logro a la vista que añadir a su larga lista de récords y barreras superadas.
La única dificultad que podría frenar en la cita italiana al líder galo es la desventaja que supone siempre, y en esta carrera en especial, abrir pista, y es que, como él mismo reconoce, en esta prueba "el orden de salida influye más que en cualquiera".
No obstante, sus victorias de 2005, 2006 y 2008 en este mismo escenario, permiten a Loeb ser optimista para tachar una casilla más en su calendario de éxitos de esta temporada, lo que le permitiría mantenerse al frente del Mundial con una ventaja ya sideral respecto a sus perseguidores.
SORDO QUIERE CONSOLIDAR SU SEGUNDA PLAZA.
Por su parte, su compañero de equipo, el español Dani Sordo, se ha unido en las últimas carreras al festival de la escudería gala, completando el doblete de Citröen en lo más alto de la clasificación del campeonato.
En esta cita, el cántabro, después de su segundo puesto en tierras sudamericanas, tratará de mejorar la quinta plaza que cosechó el año pasado, para poner a buen recaudo su segunda posición en el Mundial, objetivo del español para el podio final de la temporada.
La mayor presión para Sordo vendrá de la mano del finlandés Mikko Hirvonen (Ford), que se encuentra a sólo un punto del de Torrelavega en el campeonato y que no puede permitirse más fallos si no quiere comenzar a ver inalcanzable la distancia que le separa del Loeb. Mientras, los hermanos Solberg, Henning (Ford), cuarto, y Petter (Citröen), quinto, y Jari-Mari Latvala (Ford), séptimo, quieren seguir progresando para acercarse a la lucha por el podio.
Aunque en Italia los rallys de máximo nivel mundial se han asociado durante años con el legendario Rally Sanremo, la prueba italiana del certamen pasó a disputarse en Cerdeña a partir del 2004. Desde entonces, las pistas de tierra que recorren los bosques y montañas de la isla mediterránea se han convertido en terreno familiar para los pilotos, que tendrán que hacer frente, como ocurre en la mayoría de pruebas de tierra, al efecto 'barrido'.
La población de Olbia, al noreste de la isla, acogerá la base del rally y la acción de la carrera se desarrollará en las montañas y bosques de la zona sur, con tramos rápidos y con piso bastante deslizante, pero a menudo estrechos, lo cual exige precisión tanto a la hora de tomar las notas del recorrido como en el pilotaje.
El itinerario de este año se parece al del 2008, aunque la segunda jornada incluye dos nuevos tramos, uno de ellos sigue la ruta de una antigua línea de ferrocarril. Además, el último día habrá una especial que no se disputa desde 2006. El complejo vacacional de Porto Cervo acogerá el podio final el domingo tras 17 tramos y 347.12 kilómetros cronometrados.
