Tras el recorte aprobado en mayo, el consejo de Gobierno del BCE decidió el jueves dejar inalterada la tasa, aunque el presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, señaló que “no se ha decidido que ya estemos en el nivel mínimo”, lo que abre la puerta a un nuevo recorte en julio.
Las palabras de Trichet no han convencido al mercado, y el Euríbor, que es el tipo de interés al que se prestan dinero los bancos en la zona del euro, reflejaba ayer la incertidumbre sobre las futuras condiciones de liquidez.
Tanto el Euríbor como la tasa europea se mueven en mínimos históricos, pese a lo cual la mayoría de los analistas consultados por Efe dan por hecho que ambos tienen margen para nuevas bajadas.
Con la tasa de inflación en la zona del euro en el cero por ciento, lejos del dos por ciento considerado el máximo aceptable por el banco europeo, la entidad tiene margen para recortar aún más los tipos y reactivar así el consumo y el crédito.
Según la mayoría de los expertos consultado, la tasa del Euríbor debería situarse a finales de este mes entre el 1,5 y el 1,6%.
