Pues llegó casi el día. Y ustedes no daban un duro por ello. Creíais que toda era una falsa y nadie imaginaba que el hombre del pelo “pantene” iba a pasar a la historia al igual que ya lo hiciera el teniente coronel Tejero. Ha demostrado quién manda aquí, quién tiene los fusiles más grandes y quién genera los problemas más gordos. Porqué sí, porque el Independence Day ya ha sido casi proclamado y hoy Cataluña ya es casi una nueva nación abierta al mundo e independizada casi de su señora madre Patria.
Ja, ja, ja. “¿Pero de verdad que nadie le ha dicho aún a ese hombre que se baje ya del estrado?” “¡Por qué no te callas!” “Tiene más pajaritos que María Jesús”. Twitter ayer moló. Y yo no es por faltar al respeto de una opción embrionaria de la propia política, pero Puigdemont, lo tuyo de ayer fue de puro arte. Por momentos me recordaste al Baratillo pidiéndole una hora al Consejo. De brindis al sol y bailes por bulerías. Sólo te faltó solucionar el problema de Sevilla y la Madrugá. Menudo favor le hubieras hecho al bueno de Juan Carlos Cabrera...
Vamos a ver Puigdemont, quién sería el guapo o a la guapa que te invitó en su día a buscar la gloria en la ilegalidad de las urnas chinas de Amazon y ahora a proclamar un discurso de pandereta, peluca y trompeta. ¿Quién te habrá enseñado en los libros la historia del pueblo catalán? ¿Nunca nadie te contó que tu Estado, como dices, fue un bastión de la Hispania romana y visigoda? ¿Qué pasó a ser uno de los dominios del Reino de Aragón después de que el rey Ramiro II casara a su hija Petronela con Ramón Berenguer IV (conde de Barcelona) en 1151? ¿Qué en base a esa unión nació la Corona de Aragón, no la de Cataluña? ¿Qué tan sólo se ha materializado la proclamación ilegal del mal llamado Estado catalán en tres ocasiones hasta la actualidad y la cordura siempre imperó para acabar de raíz con aquellos separatistas que -en 1873, 1931 y 1934- intentaron llevar a cabo una ilegalidad manifiesta?
Para ya, Puigdemont, que sólo vas a provocar que el público comience a comprar entradas en las taquillas del Parc de la Ciutadella para ver in situ el espectáculo del circo que vienes levantando en cada una de tus sublimes actuaciones en el Parlament. De verdad, y ya fuera de toda broma, vamos a ser serios presidente, que a tu alrededor tienes a tres millones de habitantes que ni siquiera se han pronunciado ante una cuestión tan importante como para reírse de ella y de todo tu país.