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Andalucía

“Trasmediterránea necesita una auditoría y una naviera de expertos”

Entrevista a Rafael Rosselló, capitán de la Marina Mercante, que expone su preocupación por la operación por la que Grupo Armas quiere adquirir Trasmediterránea

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  • Rafael Rosselló. -

Rafael Rosselló es capitán de la Marina Mercante. Navegó durante 13 años y luego ejerció como director de una operadora marítima de Canarias y una compañía hispano-marroquí del grupo naviero Odiel. Compagina su profesión con la de escritor -es autor de tres novelas-, articulista y colaborador en medios de comunicación. La intención de compra de Trasmediterránea - que emplea a unas 150 personas en las líneas de la zona del Estrecho y a unas 1.500 a nivel nacional- por parte de Grupo Armas le preocupa mucho.

-¿Cómo ve el panorama de la marina mercante en España?

—Ya hace mucho tiempo que está en precario porque tardamos mucho en sacar el segundo registro, que actualmente está en Canarias, y porque muchísimas navieras han ido desapareciendo, las tradicionales de toda la vida.


-¿Cuál ha sido el origen de este descenso tan dramático?

—No saber gestionar la marina mercante. Cuando otros países sacaban un segundo registro, España tardó muchísimo tiempo en sacarlo. Hace 30 años, ya se había pedido. Segundo, porque el mundo va evolucionando y los adelantos hacen que se facilite también mucho el trabajo de a bordo. Antes, la gente era  mucho más especializada. Hoy día, un marino trabaja con unos instrumentos que antes no existían. Antes, una buena preparación también se pagaba mucho. Cuando yo estudiaba la carrera, los marinos mercantes españoles eran los más cotizados que había en el mundo, y hoy, en los grandes barcos de contenedores los cálculos de estiba ni se hacen. Ya cuando se llega a puerto las terminales tienen preparado el plano de estiba y todo el cálculo hecho. Hemos tenido la marina mercante como algo que no tenía la menor importancia y llegamos a tener una de las mejores. La marina mercante ha sido en España la gran desconocida. Aquí tenemos  una dirección general cuando en otros países hay un ministerio. Es una absoluta vergüenza, como lo es también que en los puertos deportivos no haya titulados de la marina mercante.  

-¿Cuál es el origen del problema en Trasmediterránea?

—Esta tragedia empieza porque se politizó algo que jamás se tenía que haber politizado. Trasmediterránea era estatal, salvo un mínimo porcentaje privado. José María Trías de Bes, que era presidente de Trasmediterránea, abandona su cargo, y declara que a Trasmediterránea están por privatizarla y dársela a los amigos de José María Aznar, y señala directamente sobre todo a Abel Matutes y al señor Entrecanales. Matutes era ministro de Exteriores. Acciona tiene la mayoría de las acciones, Matutes tiene un 12%, Naviera Armas tiene un 8% y se privatiza. La experiencia como naviero de Matutes era que tenía un barco, un pequeño trasbordador. La privatizan, con 25 buques y un beneficio neto de 2001 de más de 20 millones de euros. Coge la compañía el grupo Acciona y en estos 15 años ha vendido siete barcos, ha puesto en la calle a un 30% de la plantilla que tenía Trasmediterránea, ha perdido la línea de Orán, la línea que tenía entre las Islas Canarias, las líneas de alta velocidad entre Baleares, Valencia y Barcelona. En 2003, el trasbordador de Matutes lo une a Balearia, pero él continúa en Trasmediterránea. Llegamos a la actualidad, y nos encontramos con que dicen que Trasmediterránea se vende, y lo hacen con una deuda declarada de 150 o 170 millones -según el medio que informe- que le debe Trasmediterránea a la propia Acciona. Pero no solo eso. Una compañía que ha dejado hecha un Cristo se presenta al concurso en la la línea de Melilla por cero euros. Un escándalo como la copa de un pino. Y a Trasmediterránea la va a cambiar Naviera Armas, denunciada diariamente por precariedad laboral, y uno se pone a buscar y encuentra que en hipotecas de barcos tiene más de 700 millones de euros en deuda. Eso consta en escrituras firmadas ante el notario Manuel  Guzmán en Las Palmas de Gran Canaria en 2016. Por barcos que cuando se compraron nuevos en 2004 no llegaban a valer 30 millones, doce años después -en los que un barco ha perdido su valor en más de 60%- le dan créditos hipotecarios -uno de ellos- por más de 300 millones, el banco Santander. Y luego dice Antonio Armas que va a Londres a emitir bonos y que ha emitido 600 millones, que le quitan de las manos, y que va a emitir hasta 700 más. Casualmente, en el mercado de bonos de Londres no hay ninguna evidencia, solo cartas de intención. Y en el caso hipotético de que sea  verdad, una naviera en precario va a coger dos navieras en precario, se unen con una deuda multimillonaria, que es imposible, técnicamente, rentabilizar. Es el proyecto de una quiebra, y a nivel de competencia, como son líneas de interés general, en muchas líneas es un monopolio. Pero hay más. Si hay quiebra, solo hay dos posibilidades; un monopolio con Balearia, haciéndose con el poder de todas la líneas, o se perdería el cabotaje español, dejando entrar los buques de conveniencia.  

-¿Qué medidas ha tomado al respecto? —He escrito cartas al presidente del  Gobierno, al ministro de Economía, al ministro de Fomento, al secretario general, al director general de la Marina Mercante, al presidente de Puertos del Estado, al presidente de la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia, al presidente de la Cámara de Comercio, al presidente del Senado, al presidente del Congreso, a los secretarios generales de los principales partidos, y a los presidentes autonómicos de Andalucía, Canarias, Melilla, Ceuta y Valencia, hace más de un mes. Solo he tenido dos contestaciones: del Ministerio de Fomento, que considera el asunto ajeno a sus competencias, y la otra carta del Senado, que es la única que me dice que será tramitada la petición en la próxima reunión. Pero cuando un gobierno privatiza una empresa con líneas de interés general, tiene un deber moral.  

-¿Y cuál es su propuesta? —Ver la realidad de Trasmediterránea. Habría que hacer una auditoría para ver cómo sanearla y ponerla en funcionamiento, y que se cree una operadora marítima con gente experta para intentar sanearla. Es que no queda otra. Si tienen alguna idea mejor, que la diga.  En el momento en que ocurra esto, se pierde el cabotaje español. Se han cargado la empresa Aucona, la consignataria más importante...Y luego...¿Cómo está Acciona... ¿Está saneada? ¿Debe a los bancos? A mi me llama mucho la atención que cuando Acciona dice que vende Trasmediterránea, presuma de que suben sus acciones. ¿No estarán buscando una solución a la desesperada para su problema sin tener en cuenta que perdjudican a terceros? Y Armas, no es que tenga precisamente la Queen Elisabeth.

-Esa posible quiebra de la que habla, ¿a cuánta gente afectaría?

—Como mínimo, a 1.500. Eso directos. Luego está el daño indirecto que hace, y esa quiebra, ¿en cuánto se valoraría y quién la pagaría? ¿La acabaría asumiendo Santander o habría que inyectar dinero al Santander? ¿Es el Santander tan estable como dicen que es? Es otra pregunta que me hago como analista. No sé yo hasta que punto un banco como el Santander, que da hipotecas de 300 millones sobre barcos que no valen ni 10, puede tener una situación estable. Eso me suena a forma de inyectar dinero al banco. Opinión mía. A lo mejor me estoy equivocando.  ¿Qué locura es esta y cómo es que todo el mundo mira para otro lado?. Es un problema que nos va a repercutir a todos. Eso sí, lo que quiero dejar claro que a mí esto ni me da ni me quita nada. Lo que estoy es advirtiendo de lo que puede ocurrir. Ojalá me equivoque, pero se están cargando la marina mercante española. Y me da mucha rabia.

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