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En román paladino

Lo que el viernes suceda

Los independentistas no reconocieron ni la debacle que para un territorio supone que se marchen más de 3000 empresas

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El jueves por la noche se conocerán los resultados de las elecciones catalanas. La atípica campaña, que tiene la  particularidad de la ausencia de los que gobernaban la Generalitat  hasta la aplicación del 155, concluye.  Dos candidatos, el expresidente Carles Puigdemont, que recorrió para quitarse de enmedio 1500 kilómetros, - de Barcelona a Marsella y de allí a Bruselas-  y el exvicepresidente Oriol Junqueras, que se encuentra encarcelado en la madrileña cárcel de Estremera, no pueden participar en persona y lo hacen vía videoconferencia o por mensajes sacados  desde la prisión. Los otros candidatos hacen lo habitual,  mítines, abrazar niños, visitar mercados y atender a los medios de comunicación.

 

El domingo hubo un debate televisivo íntegramente en castellano - porque se hacía en un medio de ámbito nacional, La Sexta- y los independentistas no reconocieron ni la debacle que para un territorio supone  que se marchen, aunque sea social y fiscalmente, más de 3000 empresas ni que la unánime falta de respaldo internacional haya sido demoledora para ellos. Buscaron seguridad jurídica,  porque el dinero es miedoso, remachaba Miquel Iceta, que estuvo brillante cuando les recordó que ellos nunca se hacen responsables de nada, como  si no hubieran gobernado y los fracasos llovieran del cielo.  Tampoco  reconocieron que se han “saltado por el arco del triunfo” -en palabras de Ines Arrimadas- cuantas leyes han querido y podido. Cada vez va  quedando  más claro que los recortes que comenzaron con Artur Más - denunciados reiteradamente por Domenech- y la corrupción absoluta de la antigua Convergencia llevaron al proceso independentista. No eran soberanistas pero escogieron ese atajo para hacer olvidar todo lo demás. Fue una verdadera huida hacia adelante, que ha concluido en fuga a Bruselas y visitas a Estremera.

 

Probablemente ningún bloque consiga mayoría para formar gobierno lo que puede  llevar o  a nuevas elecciones en mayo o a una  legislatura corta con un gobierno de gestión al estilo italiano. Si Arrimadas tiene  un resultado muy atractivo y el PP de Albiol baja en demasía la “operación Rivera Presidente”, auspiciada por sectores financieros y por apoyos políticos muy diversos, cogerá fuerza. Si es Iceta el que sube reforzará a Pedro Sánchez y hará mejorar sus expectativas.  Si el independentismo coge la sartén por el mango de nuevo el contador se pondrá a 0 y la CUP será decisiva, la peor noticia para la estabilidad y la recuperación. 

 

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