La única oreja de la tarde la cortó el torero de la capital Fran Gómez, que arrastró a muchos aficionados.
Se esperaba con mucho interés al encierro de Montes de Oca del ganadero portuense José Luis Sánchez y no defraudó en cuanto a presentación. Auténtico lujo, no recordamos desde hace muchos años haber visto una novillada con trapío, pitones y kilos. La verdad es que han salido algunos novillos con ciertas complicaciones y otros con boyantía. En realidad fue un festejo entretenido que pudo haber corrido mejor suerte si se hubiese lidiado mejor por las cuadrillas. Una verdadera lástima fue el segundo, que tenía un buen son y calidad, siendo devuelto porque se descoordinó, perdiendo las manos tras derribar al piquero en varas. Lógicamente, se notó la falta de pocos festejos de los novilleros, ya que de los dos primeros, en lo que va de temporada, tan sólo Sandra ha toreado un festejo en Sevilla y el año pasado tres entre los dos. El debutante gaditano Fran Gómez está recién salido de la Escuela Taurina de Jerez. Bien es cierto que estuvieron muy valientes y tragando en momentos, resolviendo bien la papeleta.
El primero de Sandra Moscoso, un novillo con pitones, trapío y fijeza estuvo solvente con el capote y más entonada la segunda tanda de derechazos. Cuando lo tomó por el izquierdo tenía sus dificultades el novillo. Se fue orientando y eso que Sandra hizo ilusionar al personal, hasta le pidieron la oreja cuando remató de estocada, entrando a ley. Con el cuarto volvió a gustarse con el capote, pero el novillo se lo quitó por dos veces. Topaba en demasía y ese vicio lo mantuvo durante la muleta. Brindó al maestro Ortega Cano que estaba en un tendido y se descaró en un trasteo con la diestra. Cuando se estiró por el otro lado sufrió un desarme y el novillo iba más derrotando y hasta acordándose lo que dejaba atrás. Estuvo queriendo y porfiando.
Mala suerte tuvo Miguel Ángel Sánchez con el quinto, que salió suelto tras una buena vara, luciendo después en un quite por chicuelinas. Buen inicio con la faena de muleta y todos vimos que podía ser el novillo de la tarde, hilvanando tres series impecables con la derecha. Llegó la sorpresa cuando el novillo se tiró a tablas. Siguió valiente, y aunque fue un manso noble, le sacó lo que pudo con muchas ganas. Unas bernardinas ceñidas y entró el calvario con el descabello, con la mala suerte de que el puntillero le levantó cuando sonaba ya el tercer aviso. Sufrió una cornada en la pierna tras un arreón del novillo. Por su pie pasó a la enfermería.
Su primer novillo, montadito y con buen trapío, Miguel Ángel salió muy decidido con el capote. Tras derribar la primera vara, cuando el novillo tomó el caballo por abajo, saliendo con dificultades en la parte delantera y con una descoordinación que le hacía imposible embestir. Una pena porque era un novillo precioso, con unas hechuras de toro, de estos se ha visto algunos en esta plaza lidiarse como toros. Fue devuelto a los corrales y no queremos meternos con los torpes cabestros, no vayan a señalarnos como agitadores. El ubriqueño estuvo con ganas y queriendo, ante un novillo no fácil, y además con el otro novillo como era el aire, que molestó toda la tarde. Unas manoletinas como remate a una labor voluntariosa.
La única oreja de la tarde se la cortó Fran Gómez al tercero, fajándose con el capote por el lado derecho. Se frenaba por el otro. Tras brindar al empresario atacó por fin la música en una faena donde volvió a molestar el aire pero donde hubo tandas de muletazos de buen sabor y calidad, sufriendo una voltereta. Los remates tenían cierta gracia y aunque está poco toreado se adornó con regusto y mató con rapidez.
El último, un novillo puro Osborne, precioso de lámina empujó con fuerza al caballo, derribándolo, hubo desconcierto y mala lidia. Fran Gómez, con ganas, se lo llevó a los medios. Hubo muletazos sueltos de cierto brillo. Podía haber seguido aunque el toro, en la segunda serie, harto ya de tantos capotazos mal dados se fue a las tablas. Debió llevarlo de nuevo a donde empezó. No fue así. Estuvo digno, aunque no es sólo torear bonito.