Agentes de la Guardia Civil de Cádiz pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) intervinieron ayer en Sanlúcar un caparazón de tortuga marina protegida, que se encontraba expuesta al público dentro de un establecimiento hostelero.
El ejemplar de tortuga boba estaba colocado en una pared del local y el propietario del establecimiento no tenía documentación que acreditara su procedencia legal, lo que propició la intervención de los efectivos de la Guardia Civil, quien le informaron de la obligatoriedad de poseer un certificado Cites (Convenio Internacional de Especies Amenazadas de la flora y fauna silvestres).
La Guardia Civil ha denunciado al propietario del establecimiento por infracción de las normativas existentes al respecto y ha puesto el caparazón de la tortuga marina a disposición de las autoridades aduaneras en Cádiz.