El mandato municipal está a punto de terminar. Muchos de ustedes quizá piensen que ha sido una legislatura en blanco. El alcalde ha dejado pasar 4 años sin resolver… casi todo. Próximo a ser un abuelo de 80 años, el ‘emperador municipal’ debe creer que le queda una larga vida para no tener prisa alguna.
Ahí está Limasa y la limpieza de la ciudad, colgada en los tribunales, mientras nos cuesta literalmente una millonada la factura de los socios privados.
En materia de Urbanismo, siguen en el aire importantes convenios que eran los pilares del PGOU y que se han vuelto contra el alcalde. Es decir, contra la ciudad y contra todos nosotros: sus habitantes.
No ha habido referéndum sobre el tema del Bosque Urbano en los antiguos suelos de Repsol. De la Torre sabe que lo pierde. Así que no habrá consulta mientras ustedes no digan “¡Sí, bwana!” a lo que nuestro emperador dirija y orqueste.
En el registro del Instituto Municipal de la Vivienda hay más 20.000 personas demandando vivienda, mientras en la web del organismo la promoción más reciente data de 2012.
4 años después seguimos enfangados en la interminable obra del Metro, en cuya parálisis y ruina tanto ha ayudado ‘nuestro Paco’.
Pero no se engañen, el mandato municipal no ha sido en blanco. El Emperador ha conseguido arrasar Villa Maya —la casa de Porfirio Smerdou— y está a punto de hacerlo con el Palacete de los Condes de Benahavís, ‘La Mundial’. Así que ‘Demoliciones De la Torre’ o ‘Paco Piqueta’, como se le conoce en las redes a nuestro Buteflika particular, no se va de vacío.
Ahora el Emperador Paco vuelve a la calle. Le toca salir con el traje electoral que él mismo se ha hecho durante 4 años. Está confiado en que lleva los mejores ropajes. Muchos a su alrededor seguirán incluso alabándolo, hasta que un niño grite: ”¡Pero si va desnudo!”. Y ya será tarde.
