El entrenador del Sevilla FC, Manolo Jiménez, afirmó ayer que el Athletic Club, su rival de hoy en el estadio San Mamés, “siempre es difícil, porque sólo conocen jugar en Primera y es un club tremendamente competitivo”.
El técnico del Sevilla no escondió la “gran admiración” que siente por una entidad que “saca a muchos jóvenes valores” e indicó que “el inicio que ha hecho refrenda que están haciendo muy bien las cosas y que tiene un gran entrenador como es Joaquín –Caparrós–”, de quien fuera ayudante en su etapa del Villarreal y también compañero en el cuadro técnico del club hispalense.

Jiménez reveló que en el encuentro de hoy “el plan es intentar que ellos no impongan su fútbol”, puesto que tiene “claro que el Athletic juega un fútbol distinto al Sevilla y si el balón está en el aire, ellos saldrán beneficiados”.
El preparador sevillista no quiso aludir a la eliminación en las semifinales de la Copa del Rey sufrida por su equipo en San Mamés el pasado marzo, ya que consideró que “sería un error ir con ánimo de revancha”, y reconoció que su equipo fue “eliminado porque se encontró con un rival que fue mejor”. Jiménez, que no convocó al delantero marfileño Arouna Koné, reconoció que “con las cualidades que tiene, la posibilidad de salir cedido habría que barajarla”, aunque remitió la decisión a “Monchi –director deportivo– y el presidente –Del Nido–, que son los que tienen que verlo”, si bien insistió en que cuenta con el punta africano y que “desde el inicio ha ido entrando, pero hay mucha competencia”.

Jiménez también aludió al buen momento del interior zurdo argentino Diego Perotti para decir que “sería un orgullo, una satisfacción, pero también un quebradero más de cabeza”, señaló.