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Arde Troya

Arde Troya. De campaña y con la AP7 de por medio

Estamos, otra vez, una vez más… de campaña. En realidad, quizás no hemos dejado de estarlo en ningún momento en los últimos cuatro años

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Estamos, otra vez, una vez más… de campaña. En realidad, quizás no hemos dejado de estarlo en ningún momento en los últimos cuatro años. La campaña, como el país, sigue marcada por grandes vectores: ahí están el problema catalán, la crisis económica, el paro o el Brexit. Y además está lo de la exhumación de Franco… y lo que queda por exhumar del franquismo.

Sobre estos axiomas y otros, además, hay promesas: esos órdagos con los que nuestros políticos pretenden ganar votos y gobiernos y que suelen ser parte de unos programas electorales llenos de ideales no definidos.

En medio de todo este maremágnum, el Pleno de la Diputación aprobó días atrás pedir al Gobierno que inicie los trámites para liberar el peaje de la autopista AP7. La propuesta contó con los votos de PP y Ciudadanos y la abstención de PSOE y Adelante Andalucía —aunque el propio Alberto Garzón ya ha apostado por ello—.

La autopista AP7 es la alternativa segura y rápida, pero de pago, para no utilizar la N340, una vía antigua y saturada, que además tiene a menudo accidentes que la colapsan provocando importantes retenciones de tráfico.

De otro lado, nuestras administraciones públicas locales y regionales permitieron durante años que se construyera y urbanizara al norte de la AP7.

El problema está sobre la mesa, como también lo está el tren del litoral, del que hace décadas que hablamos, sobre todo en periodo electoral. Ahora toca articular y cohesionar la Costa el Sol. Y hay que hacerlo con transporte público que ayude a cumplir con unos objetivos de sostenibilidad medioambiental, pero también con una solución viaria que ya está hecha y cuyo rescate es mucho más fácil y rápido. En esto, como en casi todo, pueden arrimar el hombro todas las administraciones. No se trata de de señalarse unos a otros según competencias. Tampoco basta decir que el adversario nunca ha hecho nada en materia de infraestructuras, como me replicaba en Twitter el socialista Miguel Ángel Heredia. Con eso no se solucionan los problemas a los ciudadanos. Y lo que hay que hacer es eso: solucionar problemas. Para eso sirven las campañas. Si es que sirven, claro.

 

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