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Arcos

“Si no hubiese partido a Cataluña nunca hubiera aspirado a tanto”

Julián Candón (Arcos de la Frontera, 1974) es un amante de la música y de todo lo relacionado con ese maravilloso mundo. Hemos conversado con él para conocerle un poquito mejor a través de sus opiniones y sus experiencias

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  • Julián Candón -

—Creo que la afición por la música te llegó muy pronto, háblanos de tus comienzos, de las incipientes actuaciones y maquetas de aquella época.
—Hace tanto que casi no me acuerdo... (jajaja). Desde muy niño siempre estaba tarareando o cantando alguna melodía. Recuerdo perfectamente que siempre me ponía "bandas sonoras" a los diferentes momentos en mi vida. Incluso jugando a "policías y ladrones", daba igual el papel que jugase, mientras corría por la calle en mi cabeza sonaba alguna música de persecución, por ejemplo.  Tendría unos 14 años cuando tuve mi primer teclado. Era un Casio de esos con sus ritmos y tal. No podías tocar más de 4 teclas a la vez… Pero fue suficiente para empezar a "componer" piezas instrumentales. No empecé a poner letras a mis melodías hasta los 16 años. Por aquella época, con un gran amigo de la infancia, hicimos un dúo llamado "Gusarapos Nocturnos" (no preguntes…) y compusimos juntos muchos temas. Dimos algún pequeño concierto y grabamos un par de maquetas. Nos lo pasamos muy bien. Aquello duró hasta que me fui a Cataluña.


—¿En 1992 emprendes viaje hacia Cataluña, ¿qué significó aquel cambio en tu vida?
—Fue un cambio en el momento justo. Me faltaban varias semanas para cumplir 18 y ha significado la historia de mi vida tal y como todos la conocen. Allí me desarrollé tanto artística como profesionalmente en el mundo del espectáculo. Sin duda, lo que ahora soy es porque me fui y busqué mis oportunidades. A nivel técnico he tenido una carrera que muchos quisieran tener, trabajando como técnico de iluminación, iluminador e incluso escenógrafo. He compartido momentos muy mágicos con grandes y diferentes artistas como pueden ser Raimundo Amador, Luz Casal, Sara Baras, Antonio Orozco, Miguel Poveda, Plácido Domingo, Montserrat Caballé o el recientemente fallecido Paco de Lucía, por mencionar algunos. He pisado muchas salas de conciertos y teatros y he trabajado durante 10 años en el Gran Teatre del Liceu, donde he sido jefe de equipo del departamento de iluminación. Si no hubiese partido a Cataluña nunca hubiera podido aspirar a tanto…  A nivel artístico ha sido el lugar donde tuve la oportunidad de grabar mi primer trabajo y entre bambalinas se aprende mucho a la hora de ser uno quien se sube al escenario. Aunque he de confesarte que muchos temas que se empezaban a componer en Cataluña se acababan de escribir en Arcos, durante las vacaciones. Y no puedo olvidar que a nivel personal Cataluña me ha dado una mujer maravillosa, dos hijos fantásticos y una cantidad de buenos y auténticos amigos que no caben en una entrevista…


—En 2009 se publicó tu primer trabajo, el cual se tituló "Cien Denarios". Fue grabado en Barcelona y masterizado en Londres en los míticos estudios de Abbey Road. ¿Qué te ha ofrecido ese disco a nivel artístico y personal?
—-A nivel artístico me dio una madurez que sólo se consigue con un trabajo así. Se podría decir que ha sido mi salto profesional, artísticamente hablando. Y he tenido la grandísima suerte de rodearme de grandes profesionales, técnicos, productores y músicos. Y contar con colaboraciones, como las de Arianna Puello o Juan Carmona, le dan un valor añadido al disco en sí pero también el orgullo personal de saber que artistas de esa talla han valorado y apreciado mi trabajo. En cuanto a lo personal he aprendido mucho rodeado de grandes profesionales pero mejores personas y con una humildad que te maravillan. Y sin duda es lo que más destaco en cuanto a qué he aprendido de una experiencia así. Ellos me han enseñado a trabajar desde la nobleza y la humildad. Entre ellos mi amigo y productor Esteban Dionís, que fue la persona que decidió apostar por mí. Él empezó este proyecto, pero no lo pudo ver acabado, al menos desde aquí como estamos nosotros. Sufrimos su pérdida justamente cuando íbamos a empezar con las mezclas del disco. Por ello el trabajo estuvo varios meses parado, hasta que juntamos las fuerzas para seguir.


—¿Cómo ves el panorama musical en la provincia de Cádiz y, concretamente, en Arcos?
—-Cádiz siempre ha sido cuna de artistas. Creo que somos gente con necesidad de expresar lo que sentimos a través de la música o cualquier otro arte. La poesía, la pintura… Necesitamos mostrar y compartir todo lo que llevamos adentro. Arcos, en ese aspecto, no es una excepción. Desde el flamenco, pasando por el hip-hop o el rock alternativo tenemos una cantera que son una fuente inagotable de expresión artística. Pero, como dirían Golpes Bajos, son malos tiempo para la lírica. Hay algo que envidio sanamente (si es que realmente existe la envidia sana) de los ingleses y lo pudimos ver en los juegos olímpicos. Y es que ellos toman su cultura como un pilar inquebrantable de su sociedad. Y eso es algo que debemos aprender en este país. Tenemos la fea costumbre de valorar sólo lo que aparece en televisión. Si no aparece en TV no tiene valor. Y así se nos llenan las casas y minan las mentes de nuestras nuevas generaciones de falsos valores. En ese aspecto, los ingleses nos llevan ventaja. Como diría Pep Roig (Director de la discográfica con la que salió Cien Denarios, Temps Record) ellos ya estaban grabando a los Beatles cuando aquí aún arreábamos mulas. Así veo el panorama musical en Arcos, Cádiz y España. Ahora no nos faltan recursos para expresar. De lo que carecemos es de público que sepa valorar todo este arte. Y público hay. Es una cuestión de educación.


—Actualmente, ¿estás preparando algún nuevo proyecto?
—-¡Muchos! Artísticamente quisiera grabar mi segundo disco (del que ya hay un single corriendo por iTunes y Spotify que se llama "Yo iré"). También sigo desarrollando mi faceta de actor desde que rodé con el director Alberto Rodríguez (Grupo 7, After, 7 Vírgenes) lo que será su próxima película que se estrenará en septiembre "La isla mínima". Y también continúo con lo que ya es mi propia discográfica, Candela Music, algo que espero que ayude al desarrollo de artistas de la zona. De hecho ya estamos cerrando algunos contratos que espero den sus frutos próximamente.

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