El fin de semana de las motos dejó en Arcos un magnífico ambiente en los distintos establecimientos públicos, sobre todo en los hoteles, cuya ocupación rozó el lleno absoluto, pero el principal reclamo para visitar el casco antiguo fueron las Cruces de Mayo, instaladas a lo largo de todo el conjunto monumental de la mano de empresarios, particulares, asociaciones de vecinos y de otra índole, y de hermandades.
La intención fue rendir tributo a la figura de la cruz como elemento distintivo de la cristiandad y al mismo tiempo ensalzar la primavera como una etapa de esplendor floral. De hecho, cada colectivo se esmeró en montar su propio monumento floral, para lo cual se emplearon horas y horas de trabajo en más de un caso.
La ruta de las Cruces de Mayo se inauguró en la tarde del pasado sábado a la altura de la iglesia de San Juan de Dios, proponiendo un recorrido compuesto por 24 cruces y un récord de participación en este sentido. Tanto el alcalde, José Luis Núñez, como el delegado municipal de Fiestas, Leopoldo Pérez, realizaron una invitación para que los arcenses y foráneos admiraran estas singulares cruces diseñadas a base de una simple estructura y, eso sí, cientos de flores. Para la ocasión, estuvieron acompañados de otros delegados municipales y de las molineras del último carnaval.
Las Cruces de Mayo contaron con un reclamo añadido: la pequeña obra teatral, o sainete en este caso, que interpretó la asociación Entretelas Teatro en la capilla de La Misericordia, durante dos días y en diferentes horarios para llegar al mayor número posible de público. Con el título de ¿Otra cruz?, el sainete dejó su impronta con un tema muy acorde con la celebración de esta fiesta de exaltación a la cruz cuyo origen no está muy claro, si es pagano o religioso. En cualquier caso, las Cruces de Mayo fueron un motivo estupendo para visitar un lugar ya encantador de por sí como es el conjunto histórico de Arcos de la Frontera.
