La Junta de Andalucía ha escenificado en las bodegas Huerta de Albalá el apoyo que presta al sector vitivinícola y, en este caso, en el marco de los proyectos vinculados al enoturismo que ya parece exigir la nueva estrategia comunitaria de la Inversión Territorial Integrada (ITI).
Los vinos Sierra de Cádiz han experimentado el primer semestre del año un crecimiento en su producción superior al doce por ciento en relación al año pasado, constituyendo actualmente el 30 por ciento de la producción provincial. Si bien los vinos andaluces han exportado 52 millones de euros, 37 corresponden a la provincia de Cádiz, incluyendo los vinos producidos en la Sierra. O, lo que es lo mismo, casi el 70 por ciento de los vinos que salen de Andalucía se producen en Cádiz provincia.
Con estos datos, se pretende referenciar una vez más la calidad de los tintos de la comarca, pero ahora imprimiéndoles ese carácter de enoturismo como fuente de atracción de un turismo de calidad. “Las bodegas del entorno urbano están consolidadas y ahora queremos poner en valor otro tipo de cultura del vino. Ya vemos cómo en otros territorios ya está funcionando, habrá que copiarlo y mejorarlo”, señalaba el delegado territorial de Agricultura, José Manuel Miranda, en su vista a la bodega situada en la carretera de Alberite. Para el desarrollo de proyectos en este ámbito y sólo dentro de la comarca, la Sierra recibirá unos 300.000 euros.
La innovación e internacionalización de la producción en la zona serán claves para el éxito comercial. Aspectos como la utilización del acero inoxidable, el control de las temperaturas y otros mimos son imprescindibles para la obtención de un producto de calidad, pero después le tiene que continuar necesariamente una buena comercialización.
Como ejemplo, la citada bodega exporta ya prácticamente el cincuenta por ciento de su producción -unas 400.000 botellas anuales-, la cual sigue contando con la Tintilla de Rota como una materia prima esencial.
Durante su visita al centro bodeguero, el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, agradeció la apuesta empresarial de Vicente Taberner, en una aventura que dio inicio en el año 2000 y en la que ha invertido hasta ahora unos 19 millones de euros. Actualmente la bodega cuenta con una plantilla de unos veinte trabajadores fijos, aunque en determinadas épocas del año la plantilla puede alcanzar los 50 operarios. Entre los destinos de su exportación, se encuentran países como Nueva Zelanda y China.
El regidor aprovechó para recordar la apuesta que hace el municipio por la producción de vinos de calidad. Como ejemplo, en el último pleno quedó aprobada definitivamente la construcción de una nueva bodega en la carretera La Perdiz-Las Abiertas. El delegado del Gobierno de Cádiz, Fernando López Gil, explicó que el sector del vino jugará un papel esencial en la transformación del modelo productivo de la provincia.
Por ello, se comprometió a presentar en unos días el documento marco relativo al desarrollo del sector vitivinícola, apoyándose en el nivel de creación de empleo y en la repercusión turística. Ahora, señaló Fernando López Gil, el reto está en internacionalizar las marcas y convertirlas en un turismo alternativo al de sol y playa, sin dejar de apostar por la innovación y la tecnología. Pero sobre todo, puso el acento en que la ITI de Cádiz, que incluye fondos para proyectos de enoturismo, como la iniciativa de las rutas enológicas. Se cuenta con un presupuesto total de 6,8 millones de euros para atender a dos sectores de actividad fundamentales en la economía de la provincia: el del vino y el turístico.
Según datos de la Junta, la provincia cuenta con unas 400 hectáreas de viñas de uvas tintas, con variedades como Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot, Tintilla de Rota y Tempranillo, y más de una veintena de marcas.