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Arcos

El Arcos se postula en El Rosal como aspirante

Los blancos vencen al líder en su feudo y están a cuatro puntos de la zona de promoción

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  • El balón se coló por la escuadra en el lanzamiento de Maqui sin que Ángel pudiese evitarlo en su estirada. -

Cádiz CF SAD B    1
Arcos CF               2

Cádiz B: David Gil, Manu, Saturday, Moisés, Braganza, Javi, Duarte, Olano (Javi Navarro, 46’), Juampe (Cubero, 84’), Manu Vallejo y David Toro (Seth, 53’).

Arcos: Borja, Mariño, Rubén Díaz, Oca, Joselito, Manzano, Maqui, Álvaro (Lionel, 70’), Narváez (Melo, 75’), Juan Gómez y Antonio (Jony, 87’).

Goles:
1-0      m. 5: Juampe
1-1      m. 22: Narváez
1-2      m. 51: Narváez

Árbitro: José Álvarez Rodríguez (Huelva). Amonestó a los locales Manu Vallejo, Juampe y Saturday y expulso con roja directa a Duarte en el minuto 29.

Incidencias: Ciudad deportiva de la Bahía en El Rosal. Unos 300 espectadores.

El Arcos se sacó un buen número de espinas en la factoría amarilla del Rosal. La primera y la más importante de todas es que sumó tres puntos vitales para acercarse un poco más al cuarto clasificado, la Lebrijana, que desbancó al Sevilla C de la zona de promoción; la segunda espina extirpada fue lograr la victoria donde no había ganado nadie hasta ahora, en el  inexpugnable fortín del filial amarillo, un triunfo que conlleva un mérito indudable y que debería reforzar la confianza en sus posibilidades de un equipo que ha sufrido demasiados traspiés en esta liga; otro de los logros conseguidos por los de Mariano Suárez con la conquista de los tres puntos ante la potente escuadra de Mere ha sido enlazar otro partido más fuera de casa sin marcharse de vacío y son ya siete jornadas puntuando a domicilio, lo que demuestra una vez más que los blancos juegan mucho más sueltos y confiados lejos del Barbadillo, donde tienen su talón de Aquiles. El triunfo en la Ciudad Deportiva de la Bahía debería ser un punto de inflexión en la trayectoria liguera del Arcos que, ahora sí, parece haber encontrado su once tipo con algunas correcciones puntuales, pero donde se detectan con claridad elementos fundamentales para el buen funcionamiento del esquema general del bloque, como son Borja, Manzano, Oca, Joselito, Juan Gómez, Narváez y Maqui y la pronta recuperación física de jugadores fundamentales la pasada temporada como Melo y Antonio Sánchez y la sorprendente irrupción del extremo Lionel Lago, que el domingo cambió su ubicación para ocupar la banda derecha, realizando un gran trabajo y dando tiempo con su manejo de balón al  resto de compañeros para poder desplegarse y salir de la cueva cuando arreciaba el dominio local buscando la igualada. En esos instantes de agobio es donde mejor se aprecia la experiencia y  la valía de aquellos jugadores que saben aguantar la posesión del esférico sin regalárselo al contrario para estirar al equipo y poder pasar de dominado a dominador.

No se puede olvidar que el Cádiz B estuvo durante 65 minutos en inferioridad numérica por expulsión de uno de sus jugadores más creativos, Javi Duarte, pero también es cierto que el Arcos supo reponerse y levantarse del tempranero gol amarillo, producto de un regalo de Rubén Díaz en la transición defensa-ataque visitante y al cuarto de hora ya había dado cuenta de su peligrosidad en un cabezazo de Juan Gómez al travesaño a centro de Joselito, que volvió a subir su banda sin complejos realizando acciones de peligro en veloces jugadas al contraataque que le hicieron bastante daño a una defensa cadista sin sus dos centrales titulares, uno de ellos el temible Momo Mbaye, que tantos quebraderos de cabeza provocó en el partido de la primera vuelta en el Barbadillo.

La eclosión goleadora de David Narváez y su habilidad con el balón en los pies otorgó al Arcos un plus de peligrosidad que no tenía antes el conjunto de Suárez y le permitió reflejar en el marcador el buen juego desplegado a lo largo de choque, un añadido que le va a venir de perlas a un equipo que en conparación con la pasada temporada lleva 24 goles menos a favor y ocho goles más en contra, un dato sintomático de lo que le está sucediendo esta campaña al Arcos, de ahí que la victoria y la forma de conseguirse en el feudo del líder sirva para volver a reafirmarse en lo que siempre hemos defendido, que el Arcos es un equipo que necesita del balón y de su manejo para imponerse a sus rivales y que otro tipo de juego no es bueno para sus intereses. Esto lo entendió perfectamente el banquillo en los cambios realizados dando entrada a Melo en la medular para enfriar la obligada reacción local. Con el coriano en el campo y con Lionel por la banda derecha, los blancos se sintieron muy a gusto en sus triangulaciones y sus apoyos constantes sin rifar la pelota ni buscar desplazamientos de balón descontrolados intentando jugadas imposibles. Cuanta más madera metía Mere para empatar mejor se defendía el Arcos, abriendo el campo por ambos costados y ralentizando el juego con paciencia y tranquilidad, esperando la pérdida de concentración de su rival para asestarle el golpe de gracia en el momento oportuno, que pudo llegar en un zurdazo escalofriante de Manzano en el minuto 74, que salió fuera con David Gil rezando para que no entrase la pelota, o en alguno de los intentos de Antonio Sánchez o Joselito, que no se vieron culminados por el éxito.

El Cádiz B estaba condenado a la épica y en un desajuste defensivo arcense pudo marcar en una volea de Javi Navarro, desmarcado en el segundo palo, pero el debutante la pifió en mala postura para rematar. En otro balón al interior del área, en un saque de córner local, la pelota tocó el poste de la meta arcense en una melé. Fue lo más cerca que estuvo el líder de meterse en el partido, poco bagaje para un equipo que se vio impotente para ganar a un Arcos lúcido.

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