El día anunciado para celebrar la V Quedada Manuel Jesús Moya es este domingo 10 de junio, que partirá desde el desguace San Miguel a las 9:30 h en un recorrido de 13,32 kilómetros a través de la sierra, con un tramo de asfalto de 3 km y 10 de pendiente, llano y descenso, en una prueba no competitiva que ofrece una gran diversidad de terrenos (carriles de asfalto, arena, piedra...) en un circuito variado para que a los participantes les agrade la aventura y se vayan con la cabeza pensando en una nueva edición. Entre los paisajes que se encontrarán los corredores habrá campos de olivos, trigo, lentiscos y un largo etcétera, en una experiencia que muchos recordarán por su belleza.
La Quedada es para correr, pero hay unas cuantas cuestas que son casi imposible cubrirlas corriendo, por lo que la mayoría de los que se animen a participar tendrán que hacerlas andando. Para ello, unos cuatro o cinco componentes de la organización y de voluntarios y amigos de las quedadas irán repartiéndose por el recorrido para controlar a los corredores en todo momento para que nadie se quede atrás cada vez que haya que subir un tramo empinado, esperando a los corredores una vez se alcance la cota elevada y agrupándose otra vez. El ritmo va a ser lento y tranquilo para que ningún corredor se quede rezagado, con el objetivo de disfrutarla al máximo en todo momento y olvidarse de la competición.
El lugar exacto de la salida será el Desguace San Miguel, en la carretera de la venta El Pavo, donde los corredores dejarán sus coches y el sitio elegido para celebrar la convivencia posterior a la realización del trayecto. Es el mismo espacio en el que se llevó a cabo la edición anterior, por lo que aquellos que tomaron parte en la IV Quedada sabrán perfectamente dónde se corre. No obstante, se colocarán carteles cerca de la venta El Pavo para advertir a los que van a acudir de la ubicación exacta del emplazamiento. Este año se va alternando entre carrera nocturna -como la que tuvo lugar el año pasado en la venta Cerería- y diurna, con objeto de variar los horarios para que los corredores cuenten con el atractivo de no repetir lo mismo cada edición.
La participación va dirigida a personas mayores de edad que quieran pasárselo bien sin tener que estar mirando constantemente su reloj para comprobar los tiempos, sin importar el nivel competitivo que posea cada uno porque entre todos se ayudará a los que tengan menos fuerzas. La idea es que todo aquel que esté iniciándose en el atletismo conozca gente para contactos posteriores y futuros entrenamientos para engancharse a este deporte.
También es frecuente en las quedadas buscar la colaboración de numerosas empresas de Arcos y su entorno para ofrecer obsequios a los que tomen parte en la misma, una firmas comerciales que están prestando un gran apoyo para que se complete una jornada de naturaleza y deporte absolutamente inolvidable y de forma totalmente desinteresada por parte de la organización. Al finalizar la carrera se llevará a cabo un sorteo entre todos los que corran y se ofrecerá un arroz a los asistentes, que deberán aportar voluntariamente dos kilogramos de alimento no perecedero. Los atletas irán a buscar a la familia para que estén acompañados en la convivencia. Sobre las 13:00 h se calcula que comenzará la gran reunión posterior a la carrera y en la que cada uno dará rienda suelta a sus ganas de pasárselo bien.