Los incendios que tuvieron lugar hace unas semanas en Arcos, que arrasaron el pastizal del cerro de la barriada la Paz y, al unísono prácticamente, se extendieron por otras zonas del municipio, pusieron de relieve la falta de medios con los que se enfrenta el parque de bomberos de la ciudad para atajar varios siniestros a la vez. De hecho, cuando se declararon los incendios tan sólo se encontraban en el parque arcense dos efectivos de guardia, algo incomprensible en una ciudad con un amplísimo término municipal (tiene siete barriadas rurales y otros núcleos poblacionales) y en una época donde el calor facilita la propagación de las llamas.
Ante este déficit de seguridad, el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, mantuvo hace unos días una reunión con el presidente del Consorcio provincial de Bomberos, Francisco Vaca; encuentro que se volvió a celebrar al cierre de esta edición, en el que el regidor habría expresado sus principales demandas al Consorcio. Entre ellas cabe destacar la ampliación a tres del número de efectivos para atender las guardias en el parque de Arcos, teniendo en cuenta además que éste presta servicio a otras localidades del entorno, caso de Algar, San José del Valle y Espera.
Actualmente, la plantilla de bomberos de Arcos es de 15 efectivos. “Hay épocas del año con dos bomberos tan solo prestando servicio en las guardias, y esto no puede ser: hay que cubrir vacaciones, bajas laborales... Y por eso espero que se resuelva este acuciante problema de seguridad”, manifiesta Gambín.
Una segunda demanda es la dotación de un nuevo vehículo de dimensiones reducidas para que los bomberos, en caso que sea preciso, puedan actuar sin mayores problemas en las estrechas calles del conjunto monumental. No obstante, esta dotación podría encontrarse ya en trámite dentro de los compromisos de la dirección del organismo dependiente de Diputación.
Sin embargo, el encuentro con el presidente del Consorcio provincial de Bomberos ha destapado una deuda que viene arrastrando el Ayuntamiento con este organismo desde 2015, cifrada en 900.000 euros. Según expresa el alcalde Gambín, el anterior equipo de Gobierno PP-Ai-Pro, sin que se sepa por qué, dejó de abonar el corriente al Consorcio durante todo un año, el 2014.
Ya con la llegada del nuevo equipo de Gobierno socialista, se pagó una parte de la deuda y el corriente mensual, establecido en unos 100.000 euros. Ahora, en 2020, la deuda con el Consorcio se sitúa en 360.000 euros de los referidos 900.000.
La idea es oficializar un convenio para pagar esa deuda a lo largo de cuatro años, explicaba Gambín a la espera de que se resuelva esta situación y el Ayuntamiento pueda respirar mejor desde el punto de vista económico.
