El porte que mostraban varios eucaliptos en la carretera de Debajo de la Peña ya hacía necesaria su tala o poda por una cuestión de seguridad vial, pues en ocasiones los árboles impedían la visibilidad en el tramo con el consiguiente peligro para la circulación de vehículos. Consciente de la situación, el equipo de Gobierno ha contratado a los operarios y la maquinaria necesarios para los trabajos, los cuales han impedido estos días la circulación por la estrecha carretera que une los barrios alto y bajo de la ciudad.
El peligro ya no era solo para la circulación, sino incluso para los peatones y senderistas que con frecuencia utilizan el camino de Cuesta de Noriega hacia la calle Murete. Es por ello que el Ayuntamiento ha aprovechado las tareas para la reposición de la pasarela de madera que ha sido dañada, e incluso sustraída en algunos tramos, por el vandalismo. Ello provoca un gasto extraordinario de más de 3.000 euros. Además, la Delegación de Medio Ambiente actúa en otros puntos del centro urbano donde los árboles suponen un peligro por posible caída o por el levantamiento de acerados y daños sobre las redes de suministro y saneamiento de aguas, ya que en otras épocas no se sopesó el tipo de árboles sembrados, que en muchos casos han alcanzado un porte importante y con profundas raíces.
Paralelamente, el Ayuntamiento lleva a cabo la siembra de unos doscientos árboles en diversos puntos del casco urbano, ya debidamente homologados para no causar con el tiempo problemas en las infraestructuras. Se trata de especies autóctonas como quejigos, algarrobos, encinas, cipreses, etc., la gran mayoría en la barriada Pueblos Blancos que carecía de zonas sombreadas. El alcalde, Isidoro Gambín, ha agradecido el trabajo de su compañero delegado de Medio Ambiente, Jesús Rojas, y de la técnico del área contratada a través del plan Aire de la Junta. El regidor ha indicado que la actuación en Debajo de la Peña no necesitaba ningún permiso especial de otras administraciones al afectar a una carretera de titularidad municipal.
