Pasear, tomar un refresco en cualquier terraza; una estampa típica que nos regala la ciudad al llegar la primavera. Sin embargo, a pesar de la simpleza de la situación, hay algo que se repite una y otra vez y que no por ello deja de sorprendernos:
niños y niñas sentados a la mesa con la única compañía de un dispositivo electrónico.
Así de simple y alarmante al mismo tiempo. Móviles y tablets que han pasado de ser un mero entretenimiento a convertirse en el chupete 2.0 de las generaciones venideras.
La pregunta que debemos realizarnos en este momento es la siguiente:
¿qué podemos hacer como padres para evitar este tipo de situaciones?
Lo primero y, quizás más importante es una buena educación. Debemos instruir a niños y niñas a hacer un uso responsable de estos dispositivos. Para ello, alertaremos de los posibles peligros que puede entrañar el uso de este tipo de herramientas.
Además de lo anterior, es importante determinar cómo y cuándo usaremos estos dispositivos electrónicos. Para responder a estas preguntas debemos tener presentes varios factores, entre ellos, el más importante, el relacionado con la edad. Como el lector sabrá, el uso desproporcionado de dispositivos electrónicos puede afectar al desarrollo cerebral de los más pequeños de la casa. Por ello, es fundamental gestionar el uso de los mismos.
Asimismo, es importante evitar usar los dispositivos electrónicos como gestores emocionales. Como hemos comentado más arriba, cada vez es más común encontrar en los bares y terrazas de nuestro país a niños sentados a la mesa con la única compañía de un teléfono móvil. Situación muy preocupante y, más, si tenemos en cuenta que en la mayoría de las ocasiones este tipo de dispositivos son usados como canal de gestión emocional con el objetivo de evitar y/o aliviar enfados, rabietas y lloros. Por lo tanto y, partiendo de lo anterior, es recomendable evitar el uso de los dispositivos electrónicos como medio para canalizar las emociones y los sentimientos de los más pequeños.
Visto todo lo anterior, la pregunta que deberíamos plantearnos es la siguiente: ¿
debemos prohibir entonces el uso de los dispositivos electrónicos? La respuesta es tajante: no. Sin embargo, antes de hacerlo, debemos abogar por un uso responsable de la tecnología. Para ello, es fundamental una buena educación. Una educación basada en la evidencia científica y en los aportes realizados en los últimos años desde este campo.
¡Está en tus manos!