El director Félix Viscarret ha presentado este lunes su nueva película, 'Una vida no tan simple', en el 26 Festival de Málaga, en cuya sección oficial compite. Se trata de un retrato tragicómico de la crisis de los 40 y la paternidad como reto de madurez.
La trama la protagoniza Isaías, un padre de 40 años que se siente desubicado en su propia vida. Nota el paso del tiempo y el cansancio que pueden provocar los niños, mientras recuerda lo prometedora que era su carrera profesional. En este contexto, una nueva amistad le dará otra perspectiva.
El guionista y realizador de la cinta, Félix Viscarret, ha participado en una rueda de prensa tras su proyección en el Cine Albéniz acompañado de los actores Miki Esparbé, Olaya Caldera, Ana Polvorosa y Álex García; además de los productores Adolfo Blanco e Iker Ganuza.
"Yo tengo que negar que esta película sea autobiográfica. Cualquier parecido con la realidad es coincidencia", ha bromeado Viscarret, que ha asegurado que "preocupación y paternidad pueden ser sinónimos gran parte de la vida".
Para el realizador, "tener niños pequeños es una continua negociación". "La película de lo que habla de cuando tú quieres que hagan A, B y C, y ellos dicen que no", ha explicado.
"Yo no soy madre, pero me dejaba llevar y volábamos juntos. Trabajar con niños es vivir el presente, no sabes cómo van a reaccionar y qué te van a decir. Puede ocurrir cualquier cosa. Eso me daba la sensación de poder sentir ese momento", ha recordado Polvorosa sobre trabajar con niños, que tienen "una forma tan bonita y tan maravillosa de entrar en el juego".
Para Viscarret, dirigir a esos actores infantiles fue "muy divertido", porque "no son actores, sino niños" y, por tanto, "eran actores de una sola toma". Olaya Caldera lo ha corroborado: "Generamos un vínculo lindísimo".
"Los cuatro actores supieron amoldarse al río de la vida, la infancia, donde las cosas no salen como uno había pensado nunca", ha loado Viscarret a su reparto, entre los que hay intérpretes que han sido padres y otros que no.
Por su parte, el productor Iker Ganuza ha defendido que la película habla de "temas rutinarios que no se tratan en el cine", lo que considera que la hace "original". "A nosotros nos gusta mucho el cine bonito y divertido. Si no es las dos cosas, ya puede ser una obra de arte o nada", ha planteado Adolfo Blanco.