El tiempo en: Benalmádena

Jerez

La Fiesta de la Bulería, popular por dos noches

La Plaza de la Asunción fue testigo de la cantidad de personas que se agolparon para disfrutar de los espectáculos Bailando a Lola y Toda una Vida

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Jóvenes Flamencos, Bailando a Lola -

Si por algo se ha definido siempre la Fiesta de la Bulería de Jerez es por su carácter popular, esto es, desde sus orígenes nunca fue un encuentro lúdico elitista pensado, como ocurre en otros festivales de más reciente creación, para gente pudiente y de cierto nivel intelectual. Todo lo contrario. Cuando en 1967 Juan de la Plata, al frente de la Cátedra de Flamencología de Jerez, creó este certamen, la idea era dignificar a los artistas locales y al estilo por antonomasia del flamenco de Jerez. El más festivo, el más participativo, el más rítmico, el más complicado de ejecutar para muchos intérpretes sobre todo de fuera de las fronteras municipales.

Desde aquellos albores, a pesar de que el precio de la entrada ha ido creciendo, sí que es cierto que no fue hasta pasado el 2010 cuando el público comenzó a darle la espalda. Se entiende que ese matiz de evento festero iba perdiendo peso. No se podía llevar neveras, artistas mediáticos dejaron de estar… determinados factores que merecen capítulo aparte.

Esta edición, la número 56, ha contado con dos noches que imprimieron esa popularidad de los orígenes. Más allá si cabe, teniendo en cuenta que la entrada era gratuita y eso llevó a que la Plaza de la Asunción, bonita como ella sola pero algo incómoda para la celebración de estos eventos, se viera a rebosar de público. Lo realmente importante es que muchas personas que disfrutan y valoran el arte flamenco pero que por las circunstancias no pueden gastarse los treinta o veinticinco euros que valían el restos de espectáculos que ha acogido las bodegas González Byass (noche de jueves con José El Berenjeno, viernes con la compañía de Luis de Perikín y el sábado con Mujeres a Lola) han formado parte de esta edición con dos espectáculo de altísimo nivel, organizados todos por el Ayuntamiento de Jerez a través de Fundarte.

El martes, centrándonos en el plano artístico, María José Franco volvió recoger los frutos que ha ido sembrando en los últimos meses con la Compañía Jóvenes Flamencos. Una serie de nombres del baile más incipiente fueron desfilando por el escenario durante una hora y media. Ellos y ellas, de edades comprendidas entre los diez años y los diecinueve, derrocharon profesionalidad, seriedad y compromiso. Es digno de alabar la implicación de cada uno de ellos porque así se crece, desde la base fuerte y sólida que da la educación escénica. Los nombres: Ana García, Ana Moneo, Coral de la Manuela, Rocío La Chamaquita, Rocío Carrasco, Manuel Jiménez, Marta de Santiago, Marisol Jiménez, Moisés de Jesús Lucía Carretero.A éstos hay que añadir la presencia del cantaor Bernardo Rubichi y de Miriam Sáenz.En Bailando a Lola no solo bailaron sino que interpretaron, recuperaron movimientos, escenas y hasta vestuario de películas y actuaciones de La Faraona con una calidad incuestionable. ¡Esto continúa!

El miércoles llegó el turno para Toda una Vida. Esa noche se alinearon los astros en algunos momentos que se advierten inolvidables. Muchísima gente esperaban a Cancanilla de Málaga, que solo había estado en Jerez en una ocasión anterior, algo insólito teniendo en cuenta que lleva una carrera de más de cincuenta años y en buena posición de prestigio. Él se desbordó en arte y conquistó a una tierra a la que, como él mismo dijo, “es muy difícil entrar”.

Antes, Elu de Jerez junto a Domingo Rubichi destaparon los duendes de San Miguel con una comparecencia extraordinaria. Elu es otra de las grandes figuras de la tierra que no siempre está en el lugar que merece. Su voz encandiló y puso al respetable en pie. Y para finalizar la noche, la Casta de los Malena. Manuel Malena volvía para, con su cante, hincar bandera. Mateo Soleá abrió su biblioteca de conocimientos y Antonio Malena dibujó de blanco y negro el paisaje del cante por seguiriyas.

Ana María López y Manuela Pastilla pusieron el baile, ese de una loza, ese de brazos arribas y muñecas en movimiento. Cara arriba y compás. El público no parecía quedar saciados de arte del bueno que como diría José de los Camarones, “es gratis pero no barato”. Dedicaremos un análisis a la edición en próximas jornadas.

 

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN