Disminuir los síntomas físicos y psicológicos del estrés; gestionar mejor las emociones y aumentar la capacidad de disfrute de la vida son algunos beneficios de la atención plena, una práctica meditativa que puede ayudar a llevar mejor el confinamiento, según psicólogas y docentes de Universidad.
La conciencia plena es la atención mantenida y no valorativa que surge cuando observo la realidad tal cual es, tratando de no juzgarla, evaluarla ni reaccionar a ella
La profesora, psicopedagoga y terapeuta especialista en situaciones de crisis y gestión de emociones desde la atención plena, Olivia Recondo, ha explicado a Efe que, a nivel neurológico, esta técnica ("mindfulness") altera la estructura y funciones del cerebro y ejercitarla puede aportar beneficios en esta situación.
"La conciencia plena es la atención mantenida y no valorativa que surge cuando observo la realidad tal cual es, tratando de no juzgarla, evaluarla ni reaccionar a ella", señala, y añade que ello implica, por tanto, estar abiertos a la experiencia, a descubrirla y aceptarla tal y como es.
Permanecer tantas semanas sin salir de casa genera consecuencias a nivel psicológico, según indica tras referirse al resultado preliminar de una investigación que evalúa efectos del confinamiento por la COVID-19 y muestra que la depresión, estrés, insomnio y ansiedad son los principales problemas psicológicos del aislamiento.
Recondo precisa que, si se tienen en cuenta estudios previos que han documentado afecciones psicológicas derivadas de la cuarentena en otras epidemias, estos trastornos podrían perdurar meses e incluso años en quienes los padecen.
La profesora doctora de la Universidad de Málaga y terapeuta experta en inteligencia emocional, Natalia Ramos, ha explicado a Efe que las consecuencias del aislamiento dependen de dos factores: la situación objetiva de cada individuo -su incertidumbre laboral, que un familiar haya enfermado o fallecido- y su vulnerabilidad.
Ha indicado que quienes desarrollan problemas psicológicos a veces son personas especialmente sensibles o susceptibles a nivel emociona, algo que no clasifica como "malo" o "bueno", sino que indica que probablemente van a requerir de más recursos para gestionar sus emociones.
Ha explicado que en muchas ocasiones la patología se desarrolla cuando no encontramos una forma de abordar las dificultades, pero ha asegurado que, si se consigue, las personas serán más resilientes y más capaces.
"Esta circunstancia nos obliga a poner en marcha recursos que probablemente de otra forma no los habríamos utilizado", ha añadido, ya que "simplemente son circunstancias que van a requerir de nosotros mayores recursos de afrontamiento y nos pueden ayudar a desarrollarnos y crecer como personas sin desarrollar patologías".
Para iniciarse en la atención plena se puede comenzar dedicando unos minutos de silencio al día para fortalecer y cultivar el estado mental, físico y emocional y centrarse en una actividad diaria -ducharse, lavar platos, cocinar- realizada de forma consciente, regulando la atención y lo que vaya surgiendo momento a momento.
Sin embargo, ambas expertas recomiendan que, si no se ha realizado ninguna práctica meditativa antes, se comience de manera guiada -ejercicios dirigidos a través de internet por profesionales- o supervisada.
"En la práctica meditativa nos encontramos con lo que hay dentro de cada uno de nosotros", explica Ramos: "Si lo que me encuentro es con mucha ansiedad y malestar y nadie me dice cómo gestionarlo, la experiencia no será nada positiva".
En caso de que a lo largo de la cuarentena aparezcan muchos y severos episodios de ansiedad o estrés, recomiendan pedir ayuda y recurrir a un terapeuta a través de internet para recibir atención psicológica especializada.
