El Comité Ejecutivo de la Zona Franca de Cádiz ha aprobado hoy la licitación del concurso de obra para la finalización del edificio de contenedores marítimos reciclados del polígono exterior que albergará la incubadora de Economía Azul Incubazul y que quedó paralizada hace tres meses, cuando ya estaba en su recta final, al abandonar los trabajos la anterior adjudicataria Díaz Cuberodebido a su comprometida situación financiera.De hecho, la Zona Franca, previa aprobación del pleno, se vio obligada a iniciar el expediente de resolución del contrato a Díaz Cubero porque la constructora abandonó las obras en el mes de abril.
Con la nueva licitación de la obra del edificio, que tiene un importe de 996.201,35 euros, se licita también la finalización de la obra de las redes de saneamiento, por un importe de 690.429,59 euros. Ambas obras tienen un plazo máximo de ejecución de 4 meses.
El edificio, que está actualmente al 85% de ejecución, fue proyectado por el estudio Carquero Arquitectura con una superficie total construida de 1.951,33 m2 y 1.415,73 m2 de terrazas y espacios libres distribuidos en tres plantas en altura, además de la planta baja. Los trabajos en las redes de saneamiento, cuya obra también se ha aprobado hoy, está actualmente al 70% de ejecución.
La obra, con una inversión superior a los 3 millones de euros, cuenta con cofinanciación europea a través de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España, concretamente un 80% por el FEDER dentro del Programa Operativo Plurirregional 2014-2020 dentro del eje 3: Mejorar la Competitividad de las PYMES, Objetivo Temático 3 Mejorar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas, y la prioridad de inversión 3ª Fomento del espíritu empresarial, en particular, facilitando la explotación económica de nuevas ideas, y promoviendo la creación de nuevas empresas, también mediante viveros.
Hay que recordar que el edificio está conformado para ser un centro de referencia de la economía circular en la ciudad de Cádiz, un icono de la industria sostenible que se proyectará desde el polígono exterior al resto de la ciudad, con una arquitectura singular en la que se le da una segunda vida a los contenedores –que suelen tener una vida útil de 10-15 años–.