Felipe VI prevé retomar en enero su viaje fallido a Arabia Saudí, que ha tenido que cancelar en dos ocasiones anteriores por circunstancias sobrevenidas, han informado a Europa Press fuentes del Gobierno. La primera de ellas como consecuencia de la interinidad del Ejecutivo español y la más reciente, en noviembre pasado, por la muerte de un hermano del Rey Salman.
El interés principal de la visita del monarca a la rica monarquía petrolera radica esencialmente en respaldar a las empresas españolas con proyectos en curso en ese país o que aspiran a conseguir licitaciones.
Es el caso del contrato --pendiente solo de su firma por parte de las autoridades saudíes-- para que la empresa pública Navantia construya cinco corbetas para las Fuerzas Armadas saudíes, por valor de unos 2.000 millones de euros y que garantizará carga de trabajo para los astilleros de San Fernando (Cádiz) por varios años.
Pero el monarca también quiere con este viaje cultivar la relación personal con dos pesos pesados del reino que están llamados a suceder al Rey Salman: el príncipe heredero (y sobrino del rey Salman), Mohamed bin Naif, ministro del Interior y responsable de la estrategia contra el terrorismo y la política exterior; y el vicepríncipe heredero e hijo del monarca, Mohamed bin Salman, ministro de Defensa y responsable del plan Visión 2030 para diversificar y modernizar la economía saudí, puesto que dentro de 80 años se agotarán las reservas de crudo.
El desplazamiento del Rey a Arabia Saudí lo han cuestionado Podemos y ERC, que no apoyan que el jefe del Estado visite un país que vulnera los derechos humanos: ha ejecutado a un centenar de personas este año y encarcela sistemáticamente a los disidentes, como el conocido bloguero Riad Badawi, condenado a 10 años de prisión y a recibir 1.000 latigazos.
Ciudadanos ha subrayado la necesidad de que el Gobierno aproveche el viaje del Rey para expresar ante las autoridades saudíes su preocupación en materia de Derechos Humanos, pero sigue siendo una duda si el Ejecutivo hará público los mensajes que en este sentido se pudieran trasladar en el marco del viaje, por miedo a que las autoridades saudíes se sientan ofendidas.
El viaje a Arabia Saudí es de momento la única visita que el monarca ha conseguido recuperar de todas las que, aun estando programadas y preparadas, se tuvieron que cancelar con motivo de la prolongación durante casi un año del Gobierno en funciones. También se anularon visitas de Estado a Reino Unido, Japón y Corea del Sur que, hoy por hoy, siguen sin estar en la agenda. En el caso de Reino Unido, hay voluntad por ambas partes de retomar la visita de Estado en cuanto sea posible.