Verdemar Ecologistas en Acción del Campo de Gibraltar ha organizado una protesta para denunciar las emisiones de gases contaminantes en el Estrecho de Gibraltar.
“España es el segundo país europeo con más emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los barcos y el primero más contaminado por cruceros. Estas son algunas de las razones por las que la población de seis ciudades costeras ha salido esta mañana a la calle para pedir un control de esos contaminantes”, explican.
Su “protesta en el Estrecho de Gibraltar ha ido encaminada a pedir urgentemente un Área de Control de Emisiones en el mar Mediterráneo”, apunta la entidad, que considera “urgente solicitar esta regulación a la Organización Marítima Internacional”.
Verdemar Ecologistas en Acción, junto con la red Medeca, un grupo de organizaciones ambientales de Francia, España, Italia, Grecia, Malta, Portugal y Alemania-, informarán en un stand virtual sobre los beneficios potenciales de un Área de Control de Emisiones (ECA) en la región mediterránea.
“Exigimos un Área de Control de Emisiones de Azufre y Óxido de Nitrógeno (SECA y NECA)”, añaden.
“Las emisiones de óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas (ultra) finas (PM) procedentes del transporte marítimo constituyen una importante amenaza para la salud humana, el medio ambiente y el clima. En la región mediterránea las emisiones de los buques contribuyen sustancialmente a los niveles de emisiones ambientales en una región con una población de unos 250 millones de personas”, explican.
Los ecologistas aluden a “recientes evaluaciones de impacto, encargadas por Francia, la Comisión Europea y el Centro Regional de Respuesta a la Contaminación Marina en el Mar Mediterráneo (REMPEC), muestran que la designación del mar Mediterráneo como SECA y NECA evitaría hasta 10.000 muertes prematuras al año”.
“Si se declarase SECA, los óxidos de azufre se reducirían en un 95 % y las emisiones de PM2,5 en un 11 %. Si además el Mar Mediterráneo también fuera declarada NECA, las emisiones de óxidos de nitrógeno disminuirían hasta en un 70 %. Los beneficios sanitarios resultantes superarían en 4,4 veces los costes de implantar dicha medida”, concluyen.